Siempre que afloran los prejuicios éticos o nacionales,
en tiempos de escasez, cuando se desafía la autoestima o vigor nacional,
cuando sufrimos por nuestro insignificante papel y significado cósmico
o cuando hierve el fanatismo a nuestro alrededor, los hábitos de pensamiento
familiares de épocas antiguas toman el control. La llama de la vela parpadea.
Tiembla su pequeña luz. Aumenta la oscuridad.
Los demonios empiezan a agitarse (Carl Sagan).

miércoles, 21 de febrero de 2007

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Señora, aquí no hay post, sería bueno que borrara la entrada, no importa que se pierda mi comentario.

Anónimo dijo...

ya querría yo. Pero me he equivocado y ahora no sé cómo quitarlo.
Seguiré probando. se aceptan sugerencias.
M-P