Siempre que afloran los prejuicios éticos o nacionales,
en tiempos de escasez, cuando se desafía la autoestima o vigor nacional,
cuando sufrimos por nuestro insignificante papel y significado cósmico
o cuando hierve el fanatismo a nuestro alrededor, los hábitos de pensamiento
familiares de épocas antiguas toman el control. La llama de la vela parpadea.
Tiembla su pequeña luz. Aumenta la oscuridad.
Los demonios empiezan a agitarse (Carl Sagan).

Manifiesto Subnormal

viernes, 25 de septiembre de 2009

Por la red circula un escrito titulado Manifiesto Pedagógico “No es verdad”, en el cual se niega la validez de las críticas que tantos hacemos a nuestro sistema de enseñanza. Ricardo Moreno se ha entretenido en desmontarlo punto por punto. No se lo pierdan.

mi cuerpo es mío

martes, 22 de septiembre de 2009

Hace unos días colgué un artículo en Tercera Cultura donde, basándome en estudios darvinistas sobre la naturaleza humana (biología, antropología etc.) opinaba que la prostitución femenina es una estrategia biológica innata consecuencia de una dinámica sexual en la que los hombres demandan y las mujeres ofertan. También decía que la prostitución no es erradicable porque es un innatismo. Ahora bien, también aclaraba que por ser un innatismo no tenía porque ser una práctica aceptable. También son innatismos la violencia oportunista, la tendencia natural a aprovecharnos de los demás en cualquier circunstancia, sea un bolso descuidado o un conocido en apuros al que podríamos sacar demasiado barata la venta de su coche nuevo. Yo no penalizaría a la mujer que se prostituyese libremente. Lo que encuentro ridículo es proponer que eso sea un oficio y regularlo. No me imagino aún al INEM impartiendo cursos de reciclaje o formación. Pues bien, si entran en los comentarios, han sido de todos los colores. Aparentemente, incluso Tercera Cultura (que no soy yo sola ni mis manías particulares) ha decepcionado a alguno.

Para mí “prostituirse” es muy concreto y se reduce a definir lo que hace alguien que vende sexo por dinero. Ni más ni menos. Lo que pasa que ya sabemos el gusto que tenemos por la metáfora. Que se lo digan a las víctimas de Eta cuando ven que le llaman “terrorismo” a cualquier cosa que implique algo de violencia, aunque sea psicológica. Y no digamos a los judíos que ven llamar “Holocausto” a cualquier chorrada. A diferencia de algún comentarista, yo no le llamaría “prostituirse” a vender barato, no sé, nuestras dotes artísticas, por ejemplo. Otras analogías tampoco me parecen pertinentes. El tema de limpiar váteres siempre sale en estos debates. Pero pocas personas se avergüenzan de que su madre tuviera que limpiar los de los vecinos cuando se quedó, por ejemplo, viuda después de la guerra. Y va más allá de los “prejuicios sociales”. Para empezar se sabe de pocos váteres que llamasen guarra o lindezas así a quien los limpiaba o que directamente la agredieran. También parece inevitable que prostitución y delincuencia acaben yendo juntas. Quizá no debería ser así. Pero, como digo en una de las respuestas, es como quejarse de que las cacas atraigan siempre a las moscas.

Es difícil abordar un tema como este, pues está lleno de lugares comunes, prejuicios y clichés. Parece que quienes leyeron mi post dieron por sentado que cuando digo que “la prostitución no es, por definición, una explotación con víctimas, aunque sean voluntarias” estoy hablando de las pobres prostitutas. ¡Y yo me refería a “los clientes”! Y en base a este malentendido atribuyen mi postura a que me defina (muy vagamente) como “humanista secular” puesto que esa gente parece que son algo similar a “los teólogos y humanistas cristianos”. Así que mi “sofistería barata”, que lo es “no sólo por la forma, sino a menudo también por el fondo”, ya no lo debe ser tanto puesto que mi crítico lo ha entendido al revés.

Hace unos días, Arcadi Espada, publicó un artículo, Sentado en el muelle de la bahía donde examinaba algunos aspectos de la prostitución y señalaba lo que consideraba sus “costes sociales” añadiendo que no era una estupidez “plantearse su abolición por este camino”. Ahora bien, parece que hay unos ciudadanos menos lúcidos que “prefieren” –según él- hablar de “dignidad moral”. Esos son los abolicionistas. Al parecer existen oficialmente tres maneras de tratar con la prostitución. O por lo menos son las que se resumen en esta web .:
1) El prohibicionismo, que prohíbe la prostitución y ejerce la represión contra las mujeres que la tienen como oficio, que la organizan o la explotan.
2) El reglamentarismo, por el que se admite este oficio y se regula mediante un control policial y sanitario, se habilitan o diseñan vías para su confinamiento bien en establecimientos especializados o “casas de lenocinio” o en determinados espacios en la vía pública convenientemente reglamentados.
3) El abolicionismo, por el que se persigue al proxeneta pero no a la prostituta, y que no permite que se abran o se tengan casas de lenocinio ni reconoce a la prostitucion como práctica legal.

Bien, yo me inclino por el abolicionismo y he hablado de “dignidad” en el artículo de Tercera Cultura. Así que puedo verme señalada en “Sentado en el muelle de la bahía” (no digo que se refiera a mí). Y no es Arcadi el único que le encuentra pegas al concepto, hay otro comentarista que lo hace. Bien, digamos que sabía a qué me arriesgaba. Yo también pienso que la cuestión de la dignidad es peliaguda y demasiado subjetiva. Dawkins habló muy bien de ello en un artículo memorable que hemos leído todos. Pero creo que en mi exposición demarco suficientemente cuáles son los hechos y cuál sería mi elección. Mi elección va cargada de subjetividad. Pero cualquier decisión (por ejemplo, política) en temas relacionados con la naturaleza humana sufrirá de lo mismo. Arcadi Espada cierra su lo que sea diciendo que “un artículo supone siempre tomar una decisión. Así pues, esto no debe de ser un artículo.” Muy bien. Pero yo sí tomo una decisión.

¿La tomaría más gente? Aceptemos la propuesta de Arcadi: “Elijamos primero la prostituta: ¿qué es más indigno: acomodarse el pene de un viejo o limpiárselo? Y ahora elijámonos a nosotros. ¿Qué nos resulta más indigno: que una extraña limpie nuestra mierda o nos coma a besos de colores, por supuesto pagados?” Como yo no sé qué haría, porque yo soy yo y me conozco las circunstancias, “prefiero” (por algo soy abolicionista) pensar qué encontraría más digno que hubiera hecho una vez mi madre en caso de necesidad, o qué encontraría más digno que una hija mía hiciera en las mismas circunstancias.

Lo sigo teniendo claro. Me sale otra vez el rollo de la "dignidad". ¿Y tú, Arcadi? Si sientes lo que yo siento, ¿no se te ocurre que este bobo concepto de “dignidad” tan poco preciso y tan secular tenga que ver con ese cableado moral inconsciente del que tanto habla el admirado Mark Hauser ? ¿Qué ocurriría si pusieran tu pregunta en elMoral Sense Text ?

Si regularizamos la prostitución “porque está en la calle”, “porque siempre ha sido así” o, como propone Arcadi Espada en su artículo, porque es simplemente “un acuerdo por dinero entre seres humanos” tenemos el campo abierto para autorizar transacciones libres que tengan que ver con la venta de órganos, por ejemplo. Mi cuerpo es mío.

correspondencias lenguaraces

martes, 15 de septiembre de 2009

He recibido un correo de una amiga y, como me parece muy representativo del sinfín de cuitas a las que nos exponen las políticas lingüísticas de la era Atomizante (era la que seguía a la Atómica, por lo que se ve), la reproduzco aquí con su permiso.


“Gracias por tu aviso de que te reintegras a la vida bloguera. Yo estoy consumida por el requisito lingüístico y el certificat de capacitació. He decidido opositar a magisterio el próximo verano antes de que cambien el tipo de selección (con esto de los planes de Bolonia cambiarán las oposiciones docentes el 2011).

Pueden pasar varias cosas:
• que no me lo saque, con lo que no podré opositar,
• que me saque el nivell 2 o mitjà y entonces puedo opositar, pero quedo condenada a pedir plaza solo en las comarcas castellanohablantes,
• que me saque el nivell 2 o mitjà y además el curs específic A y entonces podré pedir plaza en todo el territorio valenciano.

Esto es como las cortes celestiales de ángeles, querubines, arcángeles y serafines que rodean a Yavé. A más pureza, más cerca de la gloria.

No te voy a explicar lo dels nivells, els cursos específics, les capacitacions i les qualificacions múltiples i diverses porque te volverías loca.

Bueno, como voy a por todas, me he contratado un profesor particular. Es traductor de les nostres Corts Valencianes. Pobre home. Está tan atacado como yo. Porque el proceloso mundo de la Filologia Valenciana acaba con el equilibrio mental de cualquiera. Aquí se permiten o prohíben palabras cada dos por tres. O conjugaciones. Mi profesor llega aquí, a mi casa, con un maletín, y empieza a sacar diccionarios y gramáticas. Porque la solución a los ejercicios de los libros de texto pueden ser varias, según las editoriales.

Yo ya he alcanzado a comprender cuáles son las directrices lingüísticas que quieren nuestros filólogos oficiales, el núcleo de lo que ha de ser este valenciano/catalán nuestro. Una lengua arreglá pero informal, como aquella canción de Martirio (“con mi chándal y mis tacones, arreglá pero informal”). Arreglá, porque ha de estar normativizada dentro del sistema lingüístico catalán, pero informal, porque ha de conservar la carga dialectal que le otorga sus matices propios y la distingue de la casa madre del norte. Parece que ese es nuestro sendero luminoso. A mi me da igual, pero por favor, que se aclaren definitivamente.

Bueno, y luego tenemos nuestra producción literaria. Que fa llàstima. Novelistas como Ferran Torrent o Josep Lozano, autores de libros cuyas tramas se resumen en puterío y politiqueo, con toque fallero.

Siento envidia de la literatura en catalán de autores catalanes, de verdad. Cansada de leer chorradas autóctonas me compré un libro titulado La revolució cívica, de Domènec Guansé, que era de Tarragona (¿tú eres de Tarragona?). Qué gustazo lingüístico, de verdad. Qué bien escribía. Aunque el catalán central-oriental se me hace algo duro, todo lo perdono si es a cambio de una prosa tan cuidada. Se trata de un recopilatorio de artículos escritos durante la guerra civil. Ideológicamente este señor estaba en un nacionalismo de izquierdas, en el que la verdad, me ha sorprendido ver en proceso de incubación todos los huevos de serpiente que posteriormente se abrieron. Escribía muy bien, pero ideológicamente a veces da miedo. Como cuando expresa su disgusto por la gran cantidad de refugiados “españoles” que están llegando a Cataluña a causa del avance de las tropas franquistas y que desvirtuarán la raza y la lengua catalanas. O cuando, en otro artículo, expresa la idea de que la indiferencia del Estado español ha impedido el desarrollo de les possibilitats il•limitades de la intel•ligència catalana. No te lo pierdas: las posibilidades ilimitadas de la inteligencia catalana. Yo creo que a Arcadi Espada le encantaría el concepto. La inteligencia, ¿puede ser catalana, navarra o colombiana? Y para acabar con Guansé, un pequeño párrafo de otro de los artículos del recopilatorio:

L´escena és en una andana del Metro. Entre la gernació llisca un noiet de cap enorme i coll esprimatxat. Negre, més que del sol, de brutícia, en el seu rostre precoçment envellit, plé d´estigmes, només els ulls, amb lluïssors intel•ligents, el diferencien d´un simi. Producte evident d´una miseria ancestral, del fons de quines Hurdes españoles deu haver vingut a les nostres resplendents claredats mediterrànies?...

El artículo se titula La rosa i el monstre, el monstruo es el pobre muchacho refugiado descrito en las líneas de arriba.

Yo también participaría en una consulta popular para separarme de esos seres medio simios, que además impiden las posibilidades ilimitadas de la inteligencia catalana.

Bueno, hacía tiempo que no te escribía, pero creo que con esta epístola he aliviado la sequía."

violencia "pija"

martes, 8 de septiembre de 2009

Cada vez está más claro que la violencia juvenil tiene unas causas profundas independientes y previas al pretexto que se arguya para justificarla. No es la primera vez que cuelgo un post con este tema. Y si insisto en ello es porque ciertas evidencias parece que cuesta que los medios y los políticos las conozcan y valoren. Los únicos que las captan son los publicistas. Sin embargo hasta la prensa más conservadora nos da a elegir entre dos definiciones (¿Románticos o vándalos anti-sistema? Anda ya.) a cada cuál más falsa.

Hay muchos motivos para la violencia en grupos organizados. Naturalmente que existe la protestas originada por condiciones de vida precarias o por motivos ideológicos. Pero hay fundamentos más estructurales, en el sentido psicológico y social, que no se suelen tener en cuenta. Para los machos tener un puesto en la sociedad es esencial porque necesitan ser valorados por las hembras. Está en juego la propagación de sus genes. Los machos tienen más fuerza y una agresividad mayor. Sabemos tan sólo de dos clases de primates cuyos machos viven en grupos emparentados entre sí y que ocasionalmente atacan a individuos o grupos vecinos con tal brutalidad que llegan a matarlos. Son los seres humanos y los chimpancés. Esto lo explica muy bien Adolf Tobeña en su libro "Cerebro y poder" que estoy leyendo ahora. Llevado esto a nuestra experiencia más directa y actual, vemos que los jóvenes varones suelen reunirse en la adolescencia (y, a veces, aún más tarde) en bandas en las que suelen crearse de forma espontánea o, heredada de otros culturas (como las de grupos latinoamericanos), fratrías donde se juramentan entre ellos y en contra de arbitrarios enemigos. Y los hombres tienen más tendencia a dejarse llevar por el entusiasmo, a consentir en la guerra, las violaciones o los impulsos asesinos, a sentirse estimulados en involucrarse en interacciones violentas cuando van en grupo.


No siempre la inadaptación o la injusticia social son “motivos” para la violencia, aunque recurramos a ellos para justificar cosas que nos parecen incomprensibles como que unos tipos la emprendan con la integridad de las personas o sus bienes. Si somos realistas, hemos de considerar la posibilidad de que los que cometen actos vandálicos sean simplemente unos gamberros que quieren descargar la presión del ímpetu de su edad en las espaldas (muy anchas) del resto de la sociedad. Y esto tanto vale para analizar la estructura psicológica más profunda de los miembros de la Kale Borroka como la de una banda latinoamericana como la de los hinchas desmadrados de un equipo de fútbol o estos pijos de Pozuelo.

El análisis de los códigos morales y sociales es mejor servido por la ciencia, en este caso por el paradigma darvinista. Una visión que huya de lo ideológico puede contemplar casos como el de Pozuelo como resultado de la violencia latente de los hombres jóvenes que utilizan una vía de escape para ciertos impulsos siempre cerca de la superficie, listos para mostrarse cuando las restricciones culturales aflojan. Quizá le daríamos otro significado a la necesidad de orden y autoridad aparcando apriorismos que no se apoyan en base real y que nos impiden cortar de raíz algunas manifestaciones que ni tienen carácter reivindicativo, ni de opresión social ni de discriminación. Nos ahorraríamos recursos. Podríamos aplicar, siempre desde la democracia más exquisita, ciertos principios. Quizá esa “tolerancia cero” ante la violencia gratuita que tan eficaz ha resultado en los países que se han decidido por ella. En resumidas cuentas: que estos desmanes los paguen. Y, si son menores, los padres. Y ya.