Siempre que afloran los prejuicios éticos o nacionales,
en tiempos de escasez, cuando se desafía la autoestima o vigor nacional,
cuando sufrimos por nuestro insignificante papel y significado cósmico
o cuando hierve el fanatismo a nuestro alrededor, los hábitos de pensamiento
familiares de épocas antiguas toman el control. La llama de la vela parpadea.
Tiembla su pequeña luz. Aumenta la oscuridad.
Los demonios empiezan a agitarse (Carl Sagan).

la socialdemocracia y la magufería

domingo, 27 de enero de 2008

Si no recuerdo mal, la semana pasada la edición dominical de El país regalaba películas inmortales. Hoy he ido a ver cuál tocaba y me sale un coleccionable sobre los milenaristas milenios de Iker Jiménez . "El caso de Andresito", "El niño de Tordesillas", "El niño embrujado de la Seca"..... ¿Se han vuelto majaras en El país o es que ya están tan convencidos del embrutecimiento de sus habituales que nos dan directamente vellos en punta y caspa de nicho? Me niego a etiquetarme ideológicamente porque dejo de controlar con quién se me asocia. Que ellos se repartan entre la derecha y la izquierda, unos con el brazo incorrupto de Santa Teresa y otros con el fantasma deambulante del niño Andresito o hipnotizando feligreses. La derecha nacionalcatólica y la izquierda magufa, vaya elección.

Si se sienten tan ofendidos como yo, escriban, escriban su protesta al defensor del diario El país.

*

Mi quiosquera, Paquita, tiene una serie de protegidos, especialmente de la tercera edad, a los que regala suplementos, fascículos y promociones. Así que le he bajado el de Iker y sus niños muertos por si le parecía bien regalárselo a alguno de sus amigos. Pues bien: me ha dicho que éste no, que se lo estaba devolviendo mucha gente y que no había "gustado nada".

los que estamos manquées

miércoles, 23 de enero de 2008

Ayer estuve viendo 59 segons, la versión catalana del 59" que dan el martes en la 2. Uno de los bloques del programa consiste en que los periodistas invitados interpelan a un personaje, normalmente un político. Ayer estuvo Dolors Nadal, la candidata del PP en Barcelona. El tema principal era la propuesta de los partidos no nacionalistas de que el castellano deje de ser una lengua discriminada en Cataluña y que se pueda impartir en la escuela en igualdad de condiciones con el catalán. En uno de los momentos, Pilar Rahola, que ha abandonado casi todos los presupuestos del progresismo izquierdista que le eran inevitables cuando estaba en la política, concretamente en ERC, pero que jamás podrá escapar del nacionalismo sin que la coloquen definitivamente en el lado menos soleado de la calle, le afeó que, siendo catalana, con esos apellidos etc., pudiera alinearse con tesis tan en contra de Cataluña.

Creo que la sra. Nadal debería haber hecho SANGRE con esa conminación. Pilar Rahola se lo decía por ser una catalana “auténtica”, de las que de ninguna manera pueden ser traidoras. La respuesta, que ella aunque tenía apellidos catalanes por los 4 costados se sentía, “como la mayoría de los catalanes”, tan catalana como española fue realmente tibia. Porque es muy grave que eso pase sin más. Rahola, que no admitiría jamás que el nacionalismo catalán tenga el menor tinte étnico, ahí quedó retratada.
En un programa de televisión al que acudí, el ínclito Salvador Sostres habla de los "García" o de los "Fernández" como de un colectivo con unas caracterísitcas peculiares que les confieren algo parecido a una cosmovisión distinta de la del catalán por los 4 costados. Como sabe que soy una de ellos, me siento aludida y así se lo indico. (*) Jamás me llegué a pensar distinta por tener un apellido “de fuera”. Cuando más retrocedo en el pasado, cuando me acerco a Franco, a la dictadura, a la época en que el catalán y las instituciones catalanas eran más débiles y más recientes las heridas de la dictadura, menos posibilidades de experimentar una discriminación así. Y hablo de “discriminación positiva”, de benevolencia indulgente. Esa misma que los perdonavidas tiene con los negros, gitanos y minorías a las que no se les exige tanto, en el fondo porque, pobrecitos, no dan para más. No está en su naturaleza.

A mí Rahola nunca me hubiera afeado mi desapego por lo simbólico: desde hace unos años estoy manquée

(*) Esto es una corrección pues, tal como me señala un participante en Comentarios, no se refiere directamente a mí, como puse en un principio, sino a los portadores de determinado tipo de apellido. Como es bastante distinto, lo corrijo, aunque no altera la similitud de los comentarios de carácter etnicista.

SarkoZy se ha aZapatado (o "el beso de la muerte")

sábado, 19 de enero de 2008

Que Sarkozy es un personaje rompedor, seguro. Estaba por ver si era un innovador o un listillo. Con lo de la niña Bruni y su proyectada boda calla-bienpensantes y esta noticia me parece que lo segundo. Hace ya tiempo que venimos diciendo (yo sin que me oigan más que en casa y Arcadi desde su poderosa columna) que los que van a recibir más pal pelo en un futuro próximo no van a ser los cristianos ni los católicos, vamos a ser los ateos. Desde sectores pro religiosos, desde la derecha más conservadora se denuncia un inminente paisaje de mezquitas que se superpondrá a los perfiles de unas decadentes iglesias y catedrales convertidas en paradores. Que el canto del muecín ahogará el tañido pre grabado de las horas y los cuartos. Pero la sociedad supuestamente secular va a ser tocada pronto por la varita de los políticos demagogos y ya veremos quién queda aquí para defender que los valores más intrínsecamente humanos no requieren de ningún “gancho” en el cielo para justificarse. «Clima y religión son los dos grandes desafíos del siglo XXI», ha dicho el pedazo de estadista. Al Gore firmaría las dos cosas. Ambas, además, dan un montón de reconocimiento y dinero a poco que se las sepa vender. En Arabia Saudí, Sarkozy insistió en “el puesto de la religión en la vida de los pueblos”, mientras se dejó a su amante en casa, pues ya se sabe cómo las gastan los países donde la religión tiene “un puesto” como lo tiene en Arabia Saudí. Dudo que una boda les haga olvidar las fotografías con más pelos que señales que de la Bruni corren por Internet. Este miércoles pasado, Sarkozy, según ABC, “recibió a los representantes de todos los cultos y religiones presentes en Francia, católicos, judíos, musulmanes, protestantes, ortodoxos, para confirmarles su visión oficial de su concepción laica del Estado: «Respeto de todas las sensibilidades espirituales, para facilitar el diálogo».” Se olvidó de los humanistas seculares, aquellos que, por su número, podrían representar a la mayoría de los ciudadanos europeos. Gente que, sin creer en el más allá ni en un creador plenipotenciario, tienen tanta “sensibilidad espiritual” como cualquier otro hijo de vecino. Pero Sarkozy recibió un par de besos de Zapatero y el Espíritu Flácido le fue infundido. Volverá a haber diálogo entre las únicas “sensibilidades” que ellos conocen, las de las gentes “meniegoacreerqueseamosnadamásque”…..y ahí pon lo que quieras: un puñado de neuronas, un cuerpo mortal y feo, unos parientes proximísimos de los monos. Los del “nothing buttery”, vamos. «El siglo XXI será religioso o no será», no ha evitado recordar Sarkozy. Anda ya, ¿¡no será qué, por el amor de Dios!? Esta es una frase que es u ominosa o estúpida. Para mí que las dos cosas.

Si fuera un auténtico político de talla, un estadista para el 3er Milenio, se daría cuenta de que, en una sociedad globalizada, el único lugar de encuentro es el humanismo secular. Como filosofía ética, el HS promueve los valores que son comunes a todos los pueblos, filosofías y religiones del planeta puesto que la solidaridad, el coraje, el amor a la familia o a los amigos o la honradez son virtudes conocidas por todas las sociedades desde que le hombre es sapiens (y, seguramente, de antes) a pesar de que, la mayoría de las veces, sólo las hayan practicado con los de su grupo. Hay que superar este fetiche de las religiones debatiendo: no hay diálogo, no hay ecumenismo entre ellas puesto que, por su propia naturaleza, son excluyentes unas con otras. Dios no puede haber dicho tantas cosas y sus contrarias. Pero si todos defendemos los valores que han demostrado ser los fundamentales, los que ayudan a crear individuos cada vez más libres, los que elevan la calidad de vida para todos encontraremos un espacio para compartir. Y luego, en casa, cada uno que le ponga la vela a quien le parezca. Los humanistas seculares no nos hemos preocupado de que nuestra voz se oyera. Parecía que ya habíamos llegado a un puerto sin cambio climático. Pero no es así. Por eso se está creando el Foro de Humanismo Secular. Razón: de momento, en este mismo blog.

pensamiento flácido: nacionalismo y feng-shui

jueves, 17 de enero de 2008

Desde luego, yo no asistí al espectáculo de Antonio Robles como agente nada secreto de un partido político rival. Asistí porque conozco a Antonio, coincidía que ese día estaba en Barcelona y porque ese es un tema que me atrae cuál irresistible imán. El sentimiento de frustración que en realidad late bajo mi
relato viene dado porque siempre había querido que, entre otras cosas, el partido que alumbró Ciutadans de Catalunya promoviera la razón y la ciencia. De hecho, en el difunto primer Ideario ponía que “…la razón y el ejercicio del pensamiento crítico son los fundamentos de la acción política de C’s.” Ahora ya no pone nada de eso. Así que, adelante.

La magufería ya tiene una pica en Ciutadans pero, para magufos buenos, los del PUC (Partit Unificat Catalanista). O sea, todos los nacionalistas. La cuestión identitaria es tronadamente esencialista. Sus mitos y sus héroes nos son impuestos sin compasión de “Salses a Guardamar i de Fraga a L'Alguer”. Aquí, en Tarragona, tenemos un monumento a Companys que parece un pesebre inviviente. Només falta el caganer. Para mí es como si hubiera participado como contribuyente en la financiación de una estatua a Escrivá de Balaguer. Así de bien me cae. Otras maguferías igualmente urticantes son pan nuestro de cada día. El Fòrum de las Culturas fue otro hito del pensamiento flácido, el proyecto de decreto de medicinas alternativas de la Generalitat es otro de ellos y ahora tenemos el Feng-Shui. Sí, han leído bien. Las oficinas centrales del Departamento de Interior de la Generalitat catalana se van a decorar según los principios de “esta brujería china” como dice Luís Alfonso Gámez en este blog que no se muerde la lengua: “El Feng-Shui es una acupuntura arquitectónica basada en que todas las cosas y personas tienen una energía vital y que en las casas hay que organizar las estancias y los muebles según unas energías positivas y negativas chiripitifláuticas que sólo detectan los expertos en feng shui, claro. Como suele decir Manuel Toharia, hay engañabobos porque hay bobos” . Señalemos a los bobos. Según Público , en esta conselleria el ecosocialista, Joan Saura pidió en mayo de 2007 un estudio de Feng Shui, uno de geobiología y otro electromagnético. Dice que “no repararon en gastos por lo que a estudios se refiere”. Genial, Saura. Ya se sabe: para la izquierda, el dinero de la administración no es de nadie (ergo es de ellos)

Así que ¿es peor hipnotizar no-nacionalistas que orientar la mesa de trabajo de acuerdo con la fecha de nacimiento y tener en el despacho ocho estúpidos peces rojos y uno negro? Y, que conste que me quejo de Cataluña porque es lo que conozco y lo que más me duele. Pero esas habas se están cociendo en todas partes. ¿Habrá en algún lugar 11000 escépticos capaces de mantener la cordura en un gobierno? Quizá sigue siendo la pregunta más estúpida de la historia en cualquier versión posible.




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Piqué reaparece entre 'ciutadans'





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Cuando ví al Sr. Gallardón haciendo pucheros por su desengaño me acordé de Ms. Clinton y, apuesto que, igual que ella, ha subido puntos entre muchos votantes. Puntos que le pueden ir a Rosa Magenta por esas cosas de la vida.

la izquierda liberal y la hipnosis

domingo, 13 de enero de 2008

Cuando me enteré de que Antonio Robles iba a dar una conferencia con el título “Nacionalismo e hipnosis” decidí que no me la podía perder. Me intrigaba saber hasta qué punto el título era irónico y hasta qué punto iba a ser la hipnosis usada como metáfora de una manipulación social. Debo decir que la conferencia desbordó cualquier expectativa que me hubiera creado previamente.

Se daba en una sala con capacidad para unas 150 personas que, cuando llegamos, 10 minutos más tarde de la hora prevista, estaba llena hasta los topes, con gente de pie y sentada en sillas dispuestas lateralmente. Hasta a Antonio, hombre de absoluta confianza en sí mismo, se le veía ligeramente sorprendido por el exitazo. No digo más. En mangas de camisa, micrófono en mano, en cuanto empezó disipó cualquier duda que hubiera tenido. No sólo iba a hablar en serio de la Hipnosis sino que iba a hacer una demostración y todo. Yo sólo lo había visto en alguna fiesta de pueblo. Un espectáculo inédito en un diputado, que yo supiera. Aunque incómoda por tener que estar de pie con un menisco roto, a partir de aquel momento, supe que tenía que quedarme hasta al final: era un momento histórico. Y, como creo que la historia ya canta por sí misma, paso a relatar lo que vi y lo que oí, que para algo tomé mis notas.

Antonio Robles, diputado en el Parlamento por Ciutadans-Partit de la Ciutadania, explicó a los presentes que él conocía las técnicas de la Hipnosis desde hacía muchos años, desde el 84, que sabía practicarlas y que era un hipnotizador, un “sofrólogo”. Seguidamente, nos hizo una breve introducción. La mente humana, decía, es muy fácil de manipular, estamos todos manipulados y ciertos mensajes que nos envían los que nos quieren dominar “calan en el inconsciente colectivo”. Como apoyo a esta tesis, nos pasó un vídeo de la película Casablanca, concretamente del momento en que, en la sala de fiestas en que transcurre gran parte de la película, al himno que canta un grupo de nazis se opone el canto los defensores de la libertad, los demócratas. Sólo que ambos están cambiados por el del Barça y el del Madrid. Parece que lo utilizaron una vez los del Barça. Bien, muy efectista y resultón. El público se indignó convenientemente y eso le sirvió a Robles para explicar que la hipnosis es una técnica “normal”, que “se estudia en la universidad”, que la estudian “los médicos”, que es muy antigua, que proviene de las técnicas del sueño de los griegos y que se ha venido usando durante siglos para “curar y controlar”. Parece que los médicos descubrieron hace mucho que, con su práctica, “se reducían 2/3 de las infecciones y que las enfermedades se curaban 2/3 más deprisa que sin ella”. Que barbaridad. Y, mi amigo March, sin saberlo. Nos contó que venía del mesmerismo, de un Mesmer que, aunque desconocía el término hipnosis, conseguía curar con ello a las monarquías de la época. Que no fue una practica científica hasta que Charcot la “dignificó”. Que luego Freud oyó hablar y se fue a aprender con él, aunque fue “un mal hipnotizador”. De ahí salió eso del la “asociación libre de ideas”. Que es parte también de la ciencia del SXX pues, aunque se abandonó durante un tiempo, en los años 40 se volvió a ponerse en práctica por “cuestiones médicas”. Terminó de explicar e inmediatamente, después de advertir que todo aquello iba “a ser ciencia”, le pidió al público muy congruentemente “un acto de fe”. Adelante.

Robles nos iba a hipnotizar a todos aunque, para hacerlo más científico -digo yo- trabajaría con un grupo de gente que ya traía él preparado. Nos dijo que iba a ser “una pequeña demostración”. Que quería que viéramos cómo con esas técnicas se puede llevar a la gente “al fanatismo”. Y con éste a los “hombres-bomba”. Por si esto nos sorprendía, nos dijo que supiéramos que todo esto se apoya en “datos empíricos” que, por desgracia, no iba a haber tiempo de mostrar (disculpado, Robles, qué más da para quién ha pedido un acto de fe ¿no?) Que todo esto se hace en “laboratorio” pero que, nosotros, por ese dichoso tiempo escaso, lo vamos a ver “muy deprisa”. Que, de alguna manera, es lo que hacen los políticos que nos quieren influir: nos meten “ítems e ítems” de información interesada. OK.

Sigamos. Va y nos pide a todos que cerremos los ojos y que no tengamos temor, no preocuparse, que la hipnosis “en ningún caso es peligrosa”. Y empieza a pasearse por la cabecera de la sala. Que “veamos en el interior de nuestra mente”, aconseja. Que no nos centremos en lo superficial sino en las “imágenes perceptivas”. Pues, venga, adelante, sea eso lo que sea. Alguien le pregunta (la gente estaba muy interesada e interrumpía a menudo para expresar inquietudes o dudas) si todo el mundo es susceptible de ser hipnotizado. Robles, indiferente a predisponer a su público en un sentido u otro (o no), manifiesta que sólo es difícil en gente escasamente inteligente. Vamos, la palabra que usa es “borderline”, y que tiene éxito cuanto más inteligente e imaginativo es el sujeto. Con eso nos concentra a todos de golpe. Bordeline el último. Así que empieza. Lo de siempre. Que si sientes tu cabeza, que si ahora sientes los pies, que si te pesan las mejillas…

La gente, con la mayor voluntad, le sigue la corriente. Muchos de la sala son ex miembros de un partido del que en su día fue presidente. INN. Iniciativa No Nacionalista. ¿Ya sabían que su jefe era un hipnotizador? Imagino que sí. Igual era la gracia, vete a saber. Ahora tenéis los ojos tan pesados que no los podéis abrir, asegura. ¿A que no los podéis abrir? No, parece que no los pueden abrir. Están pesados, pesados, esos párpados. Hasta que, de improviso, a alguien le suena el móvil. Un pasodoble, por cierto, panda de españoles. Y ¿qué sucede? Que la mitad de la sala abre los ojos de forma inmediata y sin la menor dificultad. Ninguna. ¿Demostraría eso que posiblemente más de la mitad caían en la categoría de bordelines? Por si acaso vuelven a cerrarlos. Afortunadamente, al poco Robles les saca del trance. A todos menos al lado izquierdo de la primera fila. Su grupo de demostración. Los elegidos. Estos parecen profundamente dormidos. Robles se pasea por el frente de la sala con aire autoritario pero siempre paternal. Les hace los pases usuales. Levanta la mano, levanta la cabeza. Cómo te llamas. Y, luego, colleja a la cabeza y un “¡duérmete!” imperioso. Nos dice, truculento, que son como “muñecos de trapo”. Un señor de la segunda fila le hace preguntas sobre las condiciones en que se encuentran esos hipnotizados. Pero también le pregunta: si el resto de la sala está despierta ¿por qué sólo permanecen dormidos los que él tiene aparte? Buena pregunta, si señor. Es lo que tienen los “borderlines”, que no se chupan el dedo. El hipnotizador, el nigromante, Antonio Robles le responde que eligió a ese grupo, entre otros motivos, por ser “gente joven”. El de la segunda fila se conforma con esa respuesta. Lo bueno de tener un público amigo es que nadie desea hacer sangre. También dicen que es el motivo por el que los hipnotizadores de verbenas populares llegan al final sin que les apedreen: nadie quiere aguar la fiesta. Pero yo no sé ¿eh?

Robles despierta a su grupo con esas tres palmadas típicas que se dan, menos a uno de ellos, un chico joven, al que lleva al centro, donde están ya dispuestas un par de sillas. También se lleva a uno más mayor sentado en la primera fila pero en el lado derecho. Es el veterano miembro de Ciutadans, Juan José Román. Me pregunto cómo ha conseguido que se ponga este señor en tamaño trance. Nos dice Robles que Juan José va a atender, hasta nueva orden, como “Tomás”. Al otro más joven le cambia también el nombre. Cuando los tiene sentados y dormidos en el centro, no recuerdo si es el mismo señor de la segunda fila, pero otro borderline sin duda, se queja de que no ve conexión entre el espectáculo de hipnosis y parte del título de la conferencia, el nacionalismo. El público de la sala se ríe con fuerza. No sabría decir si porque comparten esa cierta irritación del caballero inquisidor o si porque desean dar una muestra de adhesión a Robles. Imagino que mitad y mitad, según lo imaginativos que fueran o lo bordeline.

Mientras continua el espectáculo de hipnosis, Robles comenta aspectos de la misma. Dice que a los hipnotizados es posible llevarlos a una “regresión a la infancia”. Juan José Roman debe andar por los 60. Estoy deseosa de que nos lo retroceda a la infancia. A ver hasta donde llega. Dice que “los podría llevar a los 6 años”. Cojonudo. ¿Qué cómo sabe él cuándo están en los 6 años? Muy fácil. Se pondrían a escribir tal como lo harían con 6 años, cosa imposible que recuerden cuando están despiertos. Esto me decepciona un poco. ¿Sólo eso? Podría ponerlos a jugar a los médicos. Me refiero a esa manera de jugar a los médicos que jugamos algunos. Pero, no. Tampoco van a escribir nada. Alguien puede estar pensándolo, pero no le preguntan cómo puede saber nadie cómo escribían los hipnotizados a los 6 años, ¿guarda Juan José cuadernillos de esa edad? Robles sigue sobrecogiéndonos con las temibles posibilidades de la hipnosis. Señala a sus pacientes dormidos y dice, lóbrego: “son sujetos para el sofrólogo, a mis órdenes. Es terrible pero es así”. Guay.

Aunque Robles insiste, por un lado, en que no se puede hipnotizar a nadie contra su voluntad, por el otro sigue advirtiendo que quien no lo consigue es por algún “fallo de su personalidad” o por alguna “deficiencia mental”. Vamos que, según esa regla de tres, los dos hipnotizados que están en el centro son unos cerebritos de dos pares de narices. Y sigue importunándolos: que si te llamas Román, que si te llamas Marcelino. Y ellos, con cara de idos, dándole la razón en todo. Robles está exultante: parece un predicador pentecostalista. Respondiendo a otro espectador explica que, si no les despierta, los “sujetos” lo harán, o espontáneamente al cabo de unas horas, o a causa de un ruido intenso. En el caso de Juan José Román, nos dice que se halla en una “situación mental muy sentimentalizada”, y capaz de “actos fanáticos” si él se lo pide. En algún momento, ante cierto escepticismo ante las posibilidades letales de los hipnotizados dice lúgubremente “que Dios nos ampare”.

Como el público insiste en saber qué tiene que ver este espectáculo de hipnosis, qué tiene que ver que Juan Jose Román revise y revise su cartera para encontrar un carné donde ponga su nombre correctamente, con el nacionalismo, Robles entra en materia. Dice que nunca ha dicho que la hipnosis y el nacionalismo tuvieran nada que ver. Con un par. Será que nos lo había parecido. Y que mostrará por fin las técnicas de manipulación mental. Despierta a los sujetos y los manda para su sitio. Pasa a hablar de la publicidad “subliminal”. No podía faltar. Esa publicidad actúa “por contagio mental”. La manipulación de las emociones nos pone en un modo manipulable. Mucha gente sabe usar de esas emociones en la gente. Por ejemplo, Napoleón. Sí, eso dice: Napoleón. Napoleón, ante las tres pirámides de Egipto dijo aquello de “Soldados, 40 siglos nos contemplan”, y eso “les hizo poner la piel de gallina a los soldados”. ¿Les parece un ejemplo raro? Pues a Robles no, pues con esta carga sentimental, bien manipulada, “podrías matar”. Pero algunos borderlines se cansan de esas divagaciones. Se levantan algunas voces: han venido a ver cómo es eso del nacionalismo y la hipnosis, qué relación hay, cómo nos manipulan. Pues eso, pues eso. Robles trata de ilustrarlo. Les cuenta cómo una vez el Tenerife ganó al Real Madrid cuando nadie se lo esperaba. Rememora con tanta vivacidad ese partido que parte del público vibra con el recuerdo. Yo, que no soy de fútbol, ahí me pierdo. Parece que la historia satisface bastante, pero hay gente del público que le pide que, puesto que somos víctimas de la manipulación nacionalista “qué soluciones hay”. Pues es lo que viene ahora. Hablará de “biología y de cultura”.

Vayamos a la ciencia. Robles nos explica qué son “las ventanas cerebrales. Un niño, “nacido con cataratas” o privado de visión durante X tiempo, ya no puede ver. Así, los años más tiernos de la edad humana son aprovechados por los nacionalistas para introducirnos sus “ítems”. Por ejemplo, no sé si una consellera de educación o quién, afirmó una vez que “nos lo jugamos todo a los 7 años”. En resumidas cuentas, que si no han conseguido crear las “estructuras sentimentales” del catalán a esta edad luego les es más difícil. Los niños con una sola lengua materna tienen una de “sentimentalizada”. Si los padres tienen lenguas distintas tienen sentimentalizadas dos. Si lo entendí bien, a un niño de habla castellana al que se le “sentimentaliza” durante esta “ventana” el catalán imponiéndoselo en la escuela luego ya puede ser carne de cañón para el nacionalismo. Y todo eso científico. Otro ejemplo de biología es que muchas informaciones “se incrustan” si coinciden con “descargas de adrenalina”. De esta manera no se olvidan nunca. Por ejemplo, en movimientos de masas, en grupos como manifestaciones, actos masivos etc. donde la emoción juega un papel. Es otra manera de endiñarnos “ítems” por parte de los manipuladores. Para que veamos hasta qué punto, un vídeo nos empieza a mostrar frases variadas y fragmentos de texto de expertos en psicología de masas. Desfila Nietsche todo el rato. Marcuse y su hombre unidimensional. También Gustav Le Bon con un texto que dice algo así como que la manipulación de los sentimientos por lo subjetivo afecta a los individuos y…” a los pueblos”. Toma ya. Aparece Dawkins y su concepto del meme (aunque Robles lo escribe con “i”, “mime”, cosa que he visto apenas nunca). Todo fugazmente y sin relación con técnica alguna que yo hubiera sabido ver.

A Robles no le dio tiempo para más. Cerró el acto con unas frases -con el mismo criterio de pertinencia que el resto- en recuerdo de momentos históricos como el de Galileo cuando apuntó a los cielos y vio que Júpiter tenía 4 satélites cosa que nadie de su época quería creer. Bien, dice, pues hoy ya sabemos que Júpiter tiene 4 satélites, de la misma manera que sabemos cómo funcionan las técnicas manipuladoras del nacionalismo. Más o menos. Torero, Robles. Alguien que ha conseguido tener artículo fijo en Libertad Digital con un espacio para una personalísima “izquierda liberal”, un diputado que tiene la osadía de dar un espectáculo de hipnosis que ni el Màgic Andreu es capaz de todo. La izquierda INéNica, que es la hostia. La otra, también.

héroe sin ambigüedades

lunes, 7 de enero de 2008

En los últimos 15 días he visto dos películas de las que tengo algo (modesto) que decir. La primera: estaba zapeando indolentemente cuando me quedé colgada de un increíble reportaje sobre una familia acusada de pedofilia que hablaba sobre sí misma. Hasta que me doy cuenta de que estoy viendo la famosa “Capturing the Friedmans” de Andrew Jarecki película/reportaje vista en España en el 2004 de la que tanto se habló en su momento y que me había perdido. En esta sinopsis se explica a grandes rasgos su contenido:

“La película se adentra en lo que ocurrió a la familia judía de clase media de Jesse Friedman en la próspera comunidad de Great Neck, Long Island, cuando fue detenido acusado de abuso de menores. En 1988, el padre de Jesse, Arnold, fue arrestado por distibruir pornografía infantil. El caso pronto se convirtió en un escándolo sexual cuando la policía del condado de Nassau empezó a interrogar a todos los niños que habían recibido clases de informática de Arnold y Jesse en la casa de los Friedman. A las pocas semanas, Arnold y Jesse, que por aquel entonces tenía 18 años, fueron arrestados bajo la acusación de haber cometido numerosos delitos sexuales en los que estaban implicados menores de edad. Aunque él proclamaba ser inocente de las 42 acusaciones de abuso sexual, Arnold finalmente fue persuadido para declararse culpable para que Jesse tuviera más suerte en los tribunales. Arnold coleccionaba pornografía infantil y había reconocido haber mantenido un par de relaciones sexuales con niños durante las vacaciones familiares, por lo que la imagen que el jurado tenía sobre su persona no era muy positiva. Fue condenado de 10 a 30 años y finalmente se suicidó dentro de la cárcel. Jesse, siguiendo el consejo de su abogado, de que tras toda la publicidad dada al caso un juicio justo era imposible, también se declaró culpable con la esperanza de recibir una condena más pequeña. También afirmó que su padre abusaba de él, afirmación que ahora dice ser falsa en un claro intento de obtener el perdón de los tribunales. Fue condenado de 6 a 18 años de prisión y en 2001 salió en libertad condicional.”

Es una sinopsis excelente que se limita a describir la historia sin interpretaciones (si obviamos el "ahora dice"). Pero lo importante de esta película son esas interpretaciones y las distintas valoraciones que se hicieron sobre la idoneidad o no del planteamiento de su director, Andrew Jarecki . Él lo enfocó así:” La verdad, sin embargo, permanece oculta: "siempre vi como uno de los temas fundamentales de este film el hecho de que por mucho que conozcamos a una persona nunca llegamos a saberlo todo sobre ella. Por eso prefería que fueran los espectadores quienes sacaran sus propias conclusiones”. En realidad, a poco que uno tenga un pelín de espíritu crítico, se descubre en su trabajo un deliberado intento de acomodarse a lo políticamente correcto. Lo que podría haber sido un reportaje extraordinario sobre cómo el descubrimiento de material de contenido pedófilo en casa de un padre de familia pudo llevar a una asombrosa caza de brujas que terminó con la prisión y el suicidio de Arnold Friedman y con la cárcel para un hijo que parece ser inocente. Y esto es de lo que quiero hablar. De esa ambigüedad moral. Como dice esta web escéptica : “Los eventos capturados por Jarecki tuvieron consecuencias para gente real. A pesar de la gran cantidad de evidencia a favor de la inocencia de los Friedmans, el film de Jarecki rehúsa perversamente tomar una postura firme en esta cuestión central. Es una ambigua actitud que los escépticos conocen bien, pues la han visto en descripciones en los media sobre hechos paranormales y muchos de los niños que acusaron a los Friedmans de terribles abusos sexuales los “recordaron” tras haber sido sometidos a una dudosa terapia hipnótica.” Arcadi Espada escribió su libro "Raval, del amor a los niños" en el 2000. Si no, seguro que se hubiera acordado de los Friedmans, pues trata un tema semejante. En él denuncia, precisamente, lo mismo que esos escépticos: el favorecer el amarillismo antes que la verdad.

La segunda película que he visto ha sido American Ganster de Ridley Scott. No es una gran película, aunque tenga un envoltorio remarcable. Pero me atrajo el papel de Russell Crowe como el incorruptible policía Richie Roberts que, aunque en inferioridad de condiciones ante el atractivo que siempre tiene el “malo” en este tipo de películas, compone un personaje muy seductor en una película sin ambigüedades morales en las cuestiones de fondo (aunque sí en algunas más secundarias). Me gusta ver que el héroe “bueno” vende de vez en cuando. Creo que Ridley Scott hubiera hecho algo mucho más interesante que Jarecki con el fabuloso material en crudo que éste obtuvo por total serendipia. Blade Runner me lo hace sospechar.