Imram es un hombre valiente. De la misma manera que lo fueron muchos en nuestra tradición librepensadora. Osados sin los que no podríamos hoy en día desarrollar nuestras ideas tanto en la ciencia como en el pensamiento sin temer por nuestra vida.
Hasta ahora ha sido un fenómeno minoritario en España. Nuestra inmigración se ha compuesto mayormente de recién llegados con baja cualificación formativa y con necesidades más perentorias que las filosóficas. Pero, en otros países, hace tiempo que personas de cultura musulmana pero que reniegan del Islam tratan de organizarse para exigir para los suyos los mismos derechos y libertades de los que gozamos nosotros.
A Imram Fisarat se le concedió en época de Zapatero un estatuto de refugiado político. Pero ha andado jugando con fuego como es su obligación. En plena época en la que el mejor medio para difundir un mensaje es el audiovisual, también plena lógica, Imram ha elaborado un documental. Un documental en el que no habla favorablemente ni de Mahoma ni del Corán. El gobierno de Rajoy quiere sacarse de encima ese molesto elemento y echarle del país.
No debemos consentirlo. Estemos de acuerdo con sus opiniones o no, estemos de acuerdo o no con sus formas... Por favor, lo último que podemos decir es que "no es oportuno", cosa que ya se debe haber dicho. ¿Cuándo es oportuno desafiar a la bestia el dogma? Nunca lo es y nunca lo será.
Esta es su vida:
Imram representa este personaje del que la historia tiene, afortunadamente, ejemplos abundantes y que han sido decisivos para el avance y el progreso de todos. No le abandonemos. Y más cuando en este país sólo es políticamente correcto atacar al cristianismo y sobre todo al catolicismo.
Como cuando nos indignamos ante la condena a Javier Krahe, ahora nos toca hacerlo con la expulsión (posible) de Imram. Imram es uno de los nuestros.
1 comentario:
No conozco el vídeo y habría que ver el tipo de la "incitación al odio y a la violencia religiosa" pero es claro que el artículo 20 de la Constitución vigente que recoge el derecho a comunicar o recibir libremente información veraz por cualquier medio de difusión no aparece limitado, y que resulta que este es uno de los derechos que integran el núcleo de nuestra constitución y de la cultura europea. El respeto a las diferentes creencias es del orden del respeto a la convicción en la belleza de la pareja o en la inteligencia de los hijos, no debemos desviarnos de nuestro camino para ofender innecesariamente la sensibilidad ajena, pero tampoco ponernos guantes de seda para tratar la violaciones mas bastas de los derechos humanos cometidos en nombre de la religión y que nunca seria aceptados sin tales coartadas ideológicas.
Imram y su familia merece toda la ayuda y toda la solidaridad de que seamos capaces.
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