Siempre que afloran los prejuicios éticos o nacionales,
en tiempos de escasez, cuando se desafía la autoestima o vigor nacional,
cuando sufrimos por nuestro insignificante papel y significado cósmico
o cuando hierve el fanatismo a nuestro alrededor, los hábitos de pensamiento
familiares de épocas antiguas toman el control. La llama de la vela parpadea.
Tiembla su pequeña luz. Aumenta la oscuridad.
Los demonios empiezan a agitarse (Carl Sagan).

entre la superstición y el electoralismo

viernes, 30 de mayo de 2008

Empezábamos a creer en fantasmas , confiesa Jordi Gubern, el administrador de la página www.catmeteo.com, frecuentada por meteorólogos profesionales y aficionados y amantes de la meteorología. Y se refiere al cambio climático que, en esta página, parece que no cuenta con "mayoría de adeptos". "Sequías como ésta las ha habido siempre y siempre las habrá", dice, y es curioso como parece que vivimos a dos niveles (como mínimo). El de la demagogia y el catastrofismo como arma política y electoralista, y los enteraos que en épocas de griterío no alzan demasiado la voz por si se corta algún grifo. Y, con esta pertinaz sequía , nunca mejor dicho.

No hay comentarios: