Siempre que afloran los prejuicios éticos o nacionales,
en tiempos de escasez, cuando se desafía la autoestima o vigor nacional,
cuando sufrimos por nuestro insignificante papel y significado cósmico
o cuando hierve el fanatismo a nuestro alrededor, los hábitos de pensamiento
familiares de épocas antiguas toman el control. La llama de la vela parpadea.
Tiembla su pequeña luz. Aumenta la oscuridad.
Los demonios empiezan a agitarse (Carl Sagan).
en tiempos de escasez, cuando se desafía la autoestima o vigor nacional,
cuando sufrimos por nuestro insignificante papel y significado cósmico
o cuando hierve el fanatismo a nuestro alrededor, los hábitos de pensamiento
familiares de épocas antiguas toman el control. La llama de la vela parpadea.
Tiembla su pequeña luz. Aumenta la oscuridad.
Los demonios empiezan a agitarse (Carl Sagan).
de gorros y tanquetas
viernes, 16 de mayo de 2008
Leo este titular: Alcaldes del PNV ponen trabas a las obras para mejorar la seguridad de los cuarteles. Como dice el articulista eso, unido a la falta de medios, deja a los agentes que combaten el terrorismo en primera línea a merced de ETA, como en el caso de Legutiano. Hay alcaldes que se niegan a la colocación de bolardos en los aledaños del cuartel, otros impiden que se pode el seto que interfiere la visión desde los puestos de vigilancia. Un experto asegura que la casa cuartel de Legutiano, al borde de una carretera, sin un muro de contención que delimitara un perímetro de seguridad con garantías, «estaba vendida». Esos mismos expertos subrayan que con una o dos tanquetas apostadas permanentemente junto a la instalación lo chicos valientes de no se hubieran atrevido a perpetrar un atentado. La pregunta es ¿por qué, sin embargo, junto a la Embajada de Estados Unidos en Madrid hay permanentemente una o dos tanquetas de la Policía? La idea que subyace es que esas medidas extraordinarias podrían transmitir la imagen de que en el País vasco hay un conflicto bélico. La cuestión es que este conflicto existe ¿para qué si no hablan ellos mismos de “paz”? En la columna de Arcadi Espada de hoy titulada “La adversativa”, el escritor señala que si el PP no compartiera ni un día más “el subsuelo moral” de la política con los nacionalistas sería “la revolución más profunda, valiente e improbable que haya sufrido un partido político desde el inicio de la Transición española”. Pero me temo que toda esta gente que señala a María San Gil como “sector duro” o “reaccionario” va a salirse con la suya. Pactarán con gente capaz de usar esa adversativa. Con personajes que se toman así de ligeras las medidas excepcionales que protegerían la vida de quien realmente protege exclamando, cuando acaban de enterrar a Juan Manuel Piñuel, que «La ciudadanía está realmente asqueada, hasta el gorro, de la violencia de ETA; eso es verdad, pero también de las dificultades de quienes tenemos responsabilidades para buscar caminos, alcanzar la paz y acuerdos políticos para decidir nuestro futuro».
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