“Miedo y odio al norte de París” Así lo han titulado. Dos chicos de 15 y 16 años, montados en una moto de montaña, sin casco ni placas de matrícula, murieron al chocar contra un coche patrulla de la policía. La noche del lunes al martes fue de una violencia extrema, muy por encima de la que se vivió hace dos años en la rebelión de las barriadas. 82 agentes resultaron heridos, varios por disparos de armas de fuego, y cuatro de ellos están en estado grave. No sólo hay gente en este barrio que usa armas de fuego contra la policía, también destruye sin reparos de conciencia las propiedades y los servicios indispensables para la vida cotidiana de sus convecinos: la guardería, la biblioteca, el supermercado, un concesionario de automóviles y numerosas tiendas. Los vecinos de esta pequeña ciudad de 30.000 habitantes, en la periferia de París, están espantados por lo sucedido, lo lamentan, e incluso maldicen a los autores de los incendios. Pero son muchos quienes les comprenden, les apoyan y les ayudan. ¡Cuántas veces no se habrá horrorizado Angelita
ante esas reacciones! Podrían ser los mismos que comprendieron el atentado en la estación del RER Saint-Michel en julio de 1.995, en pleno corazón de la capital parisina, la que dejó ocho muertos y un centenar de heridos. Dicen que la policía dejó solos a los dos chicos. Pero no era cierto. Todos, policías y bomberos, tuvieron que huir al ser atacados por grupos de jóvenes. El odio, la fractura total que existe entre estos jóvenes de las barriadas, en su mayoría adolescentes, y las fuerzas del orden, a las que tras años de incomprensión de la realidad del problema llegan a ser vistas con sentido de la justicia (de la propia, de la identitaria) como un poder de ocupación, son, según este artículo, “un cóctel explosivo imposible de detener”. Seguramente tienen razón. Este es un gravísimo mal en el seno de la sociedad francesa que comparte media Europa. En España estamos aún a tiempo. No se si es frivolidad del periodista poner en el titular de esta noticia la palabra “Intifada”, -parece que nos vaya la marcha-, y resaltar que las dos horas de batalla campal en la Cañada Real Galiana recordaron la franja de Gaza. Pero a nadie se le escapan las connotaciones. En mi opinión, no creo que vayan a ser de la misma categoría los sin duda graves problemas que comportan los grupos de gitanos rumanos o el de las bandas latinoamericanas que campan ociosas por las calles mientras sus padres trabajan y un sistema educativo pésimo no les ofrece salidas razonables. Creo que nada es comparable a lo que puede generar una juventud de cultura musulmana con letal capacidad para encontrar pretextos ideológicos a la violencia y al (gratificante) agravio en el Islam y en el conflicto árabe-israelí, virus meméticos de alcance universal con visos de sustituir al comunismo como nuevo vehículo para el terror irracional. El día 26 de noviembre, en La Vanguardia (me ha caducado la suscripción, no puedo dar el enlace), en Internacional, en el artículo “Nueva York, crimen bajo mínimos”, el periodista, hablando del éxito policial de Giuliani, recordaba que algunos investigadores como Steven Levitt en el libro Freakonomics, atribuían ese declive a otros factores, como que empezó antes de que Giuliani llegase a la alcaldía. Lo que no dice el periodista es que la tesis de Freakonomics es que la criminalidad cayó de forma tan dramática debido a que la legalización del aborto en años previos había impedido que mujeres pobres de comunidades con peligro de marginalización tuvieran futuros delincuentes. No esa una tesis que no se considere discutible, desde luego , pero son intentos de resolver enigmas sociales aportando nuevos enfoques. Los grupos sociales tienen diferentes hábitos culturales y unos son más eficientes que otros. Es necesario que las políticas de vivienda y de ayuda social no resulten en la cristalización de guetos de carácter identitario donde el paro y el ocio juvenil se cronifiquen. Hay un viejo dicho que dice que nadie te odia más que quien te debe un favor. Como advierte Angelita, el inmigrante de primera generación, fuera musulmán o no como ella, estaba agradecido a las oportunidades que les proporcionó el estado francés de salir de la miseria de la que provenían. Pero ahora nosotros mismos les decimos a los inmigrantes que son sujetos de derechos sin hablarles de obligaciones ni mucho menos que es de bien nacidos ser agradecidos. Y eso son bombas de relojería.
6 comentarios:
Se diría que las "obligaciones" de los inmigrantes de segunda generación consisten en aceptar los mismos trabajos basura de sus padres, a los que estadísticamente están condenados.
Gotigoti dijo,
¡Que hartazgo con la izquierda! Siempre buscando (justificando) las razones del terror.
Pero si todos estos filoterrorístas de París lo primero que destruyenson los bienes comunes de su barrio. viven de la sopa boba y pueden estudiar gratis. Pero no lo hacen; todos se dejan sus estudios. Luego quieren que los contraten y les den buenos sueldos. ¿Por qué no se unen a ellos los chinos, vietnamitas e indios que viven en Francia? ¿ Lo han tenido más fácil?
Alain Finkielkraut dijo las verdades de barquero en una entrvísta en Haaretz y casi le pasa como a Redeker.
A leer: Another perspective on the French riots. Americanfuture.net,
25 noviembre 2005.
¡Qué maravillosa entrevista, Goti-goti! No sabe lo agradecida que le estoy por compartir conmigo sus hallazgos. Navego poco, me temo.
Gracias a lot
M-P
'Dos chicos de 15 y 16 años, montados en una moto de montaña, sin casco ni placas de matrícula, murieron al chocar contra un coche patrulla de la policía.'
Se ha distraído, Mujer-Pez; fue así:
Dos chicos de 15 y 16 años, montados en una moto de montaña, sin casco ni placas de matrícula, murieron al chocar contra ellos un coche patrulla de la policía.
Ah; que lo de la luna y el dedo, y tal. Vale; otro día.
Salud.
He leido en Reuters que fueron los chicos de la moto los que chocaron contra el coche patrulla. Volvían de hacer moto-cross y se estamparon contra la parte izquierda del vehículo. El impacto rompió el parabrisas y los dos, desgraciadamente, murieron en ese mismo instante.
MENSAJE A TERESA GIMÉNEZ BARBAT:
La coordinadora de UPyD en Cataluña de la que usted es la portavoz,
debería, en mí opinión:
1º) Dimitir en bloque por su nulo poder de convocatoria;
2º) Dar entrada a otros componentes que, sobradamente, han dado pruebas de su saber organizativo (ej. en Ciutadans de Catalunya y Ciutadans-Partido de la Ciudadanía)
3º) Desvincularse de "personajes relevantes en la sombra" que, en la práctica, mueven los hilos; y, por último,
4º) Propiciar un último intento de colaboración UPyD - C's.
SOBRAN LOS PERSONALISMOS EN LA LUCHA CONTRA EL NACIONALISMO
Teresa, da ejemplo y dimite.
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