Siempre que afloran los prejuicios éticos o nacionales,
en tiempos de escasez, cuando se desafía la autoestima o vigor nacional,
cuando sufrimos por nuestro insignificante papel y significado cósmico
o cuando hierve el fanatismo a nuestro alrededor, los hábitos de pensamiento
familiares de épocas antiguas toman el control. La llama de la vela parpadea.
Tiembla su pequeña luz. Aumenta la oscuridad.
Los demonios empiezan a agitarse (Carl Sagan).

moviéndonos por el tablero

miércoles, 6 de junio de 2007

Hobbes y Rawls, cada uno a su manera, crearon la ilusión de una sociedad humana fruto de unas reglas autoimpuestas por agentes libres e igualitarios. Freud también tenía la idea de que, en un momento dado, unas criaturas básicamente asociales se impusieron un orden bajo el cual hierve una olla podrida de instintos básicos. Pero no existió una línea roja a partir de la cual nos volvimos sociales e igualitarios. Primates y monos son animales que sólo se conciben en grupo y esos grupos siempre son jerárquicos. Para nuestros ancestros, la vida en grupo no era una opción sino una estrategia vital. Los humanos pertenecemos a un linaje de criaturas interdependientes, íntimamente unidas y desiguales. El Estado debe garantizar unas condiciones de partida lo más justas posibles para que puedan concursar cuantos más mejor. Pero luego todos se irán repartiendo en rangos ordenados en una jerarquía global. En una democracia del SXXI este orden puede ser muy fluido. Algunas veces altamente fluido. Yo, por ejemplo, recibo cada día noticias –especialmente vía telefónica- de mi lugar en el sistema. No es en absoluto aleatorio, pero a veces es casi como la bolsa. Hoy había experimentado un repunte. Pero a saber mañana.

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Gotigoti dijo,
muy bueno lo de la línea roja M-P.
Leyendo a Darwin cada vez me hago más conservador. Si existe la naturaleza humana y el hombre es un animal moral, es claro que cualquier experimento social que intente violentar esto no puede acabar más que en desastre,como así ha ocurrido.
Véase a este respecto lo que dice Larry Arnhart en su blog Darwinian Consevatism:The New Fusionism, 8 Diciembre 2006.

Unknown dijo...

Cada uno a su manera...tan diferente, que casi mejor no mezclarlos, m-p.

Fíjese que no necesitaríamos reglas morales si fuéramos solitarios. Lo nuestro, como diría el maestro kant, es la 'insociable sociabilidad', hecha de cooperación entreverada de conflicto (cómo repartimos las ventajas y las cargas de la cooperación, que diría rawls).

La jerarquía es una forma de poner orden en la cooperación, pero no la única, claro. Un día le recomendé a Fiske según el cual en nuestro software de fábrica vienen instalados otros modelos de relación, junto a la jerarquía. Ésta en los humanos suele ser muy fluida, como bien señala, también porque ha de competir o mezclarse con otros modelos de interacción.

Mujer-Pez dijo...

Gracias, Shelling y Goti-goti. Siento el vacío del viernes, me fue imposible. Este miércoles presento un libro. Si hablan catalán en la intimidad o en cualquier otro lugar, ya saben :-)