Siempre que afloran los prejuicios éticos o nacionales,
en tiempos de escasez, cuando se desafía la autoestima o vigor nacional,
cuando sufrimos por nuestro insignificante papel y significado cósmico
o cuando hierve el fanatismo a nuestro alrededor, los hábitos de pensamiento
familiares de épocas antiguas toman el control. La llama de la vela parpadea.
Tiembla su pequeña luz. Aumenta la oscuridad.
Los demonios empiezan a agitarse (Carl Sagan).

no me convence

martes, 18 de diciembre de 2007

"El matrimonio tendría que ser un contrato renovable cada tres años" dice Samir Zeki, catedrático de neurobiología, respondiendo a la pregunta: “¿Nos hemos equivocado haciendo que nuestra sociedad se sustente en la pareja, en la familia tradicional?”. Y el motivo es que “la sociedad no ha entendido bien nuestro sistema biológico… el método de la sociedad, tener una pareja para toda la vida, no responde a una realidad biológica.”
Me parece una valoración algo simplista. Es cierto que, en un sentido profundo, el ciclo del deseo (de la pasión ¡oh!)parece que se circunscribe a unos 4 años, lo que se supone dura la crianza de un niño hasta que pude defenderse un poco por sí mismo. Pero el cerebro tiene muchas capas. Y la idea del matrimonio también es muy profunda. El matrimonio, como institución orientada a permanecer en el tiempo (aunque todas las cultura han conocido válvulas de escape como el divorcio), es antiquísima. Podría ser incluso pre-homínida. Así que nuestros parientes ancestrales sabían responder ya con sentido común a esas preguntas que se hace Samir zeki como si fueran novedades. “El problema ocurre cuando cambian nuestros conceptos del amor y pasan 5 años y nos preguntamos ¿esta es la persona con la que me casé?” dice (riendo, según el reportaje). Pero yo me imagino a un Neanderthal riendo igualmente con la cuestión. Ellos ya debían saber que “La locura del amor se restringe a la primera fase pasional, después hay gente que sigue enamorada pero ya no es ese amor loco.” Todo muy antiguo. Yo diría que si todos los matrimonios se planteasen como contratos de tres años, la sociedad, tal como la conocemos, se resentiría mucho. Gregory Clark , por ejemplo, nos advierte de que “el desarrollo de instituciones estables en sentido político, legal y económico llevó …poco a poco a cambios culturales profundos que animaron a la gente a abandonar los instintos de cazador recolector –violencia, impaciencia y economía del esfuerzo- para adoptar hábitos de valoración del trabajo, la racionalidad y la educación. Aunque no siempre ha sido así, y Napoleon Chagnon nos recuerda siempre que la vida humana primigenia por motivos básicamente de siniestralidad (mortalidad por enfermedad o guerra) ofrecía muy poca estabilidad familiar, la cristalización y generalización de la familia tal como la hemos conocido en los últimos dos siglos en Occidente (nuclear, trabajadora y atenta a la educación de unos pocos niños) ha sido determinante en la explosión de prosperidad que hemos vivido.

13 comentarios:

unnombrealazar dijo...

En la misma medida que cada día que uno tiene que renovar la relación contractual con su banco cada tres años, no veo por qué ha de hacerlo con el matrimonio.

En cierta medida, el matrimonio es algo que se renueva cada día. Cada día que uno decide no separarse (conducta de relativo bajo coste), está renovando su decisión de mantenerse casado.

Anónimo dijo...
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Anónimo dijo...
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Anónimo dijo...

Podría tener razón Zeiki en lo de que la sociedad (¿y esa quien es?) no ha entendido bien nuestro sistema biológico, y sin embargo no estar acertado en la conclusión: contrato de tres años. ¿Con ese sistema al que se le olvide el plazo de seis años, se tiene que fastidiar hasta los nueve, o como va eso?

Y es que eso de la biología se las trae. Por ejemplo, en mi casa, la sociedad ha establecido que el perro no se coma los almohadones, en una clara incapacidad de comprender el sistema biológico del perro. Y sin embargo la buena solución no es que el perro se coma los almohadones, sino que las cosas sigan como están. Incluso para el perro, que gracias a ello puede dormir sobre un mullido cojín. Eso es lo malo, y lo bueno, de la sociedad.

Anónimo dijo...

Gotigoti dijo,
¡ ahí,ahí! Plazos para los matrimonios y ningún plazo para el aborto.
Largaos a mamarla,feminístas. No,perdón, a mamarla no. Idos,mas bién,a monologar con la vagina.

Anónimo dijo...

Porqué los hombres dicen amor cuando quieren decir sexo?
Ansioso quedo, a la espera de ver los resultados del estudio del cerebro que tenga que ver con esa asistencia diaria y masiva de cientos de miles de personas a ver como una panda de jóvenes en calzoncillos largos corretean sobre un tupido césped.
Si además esa fidelidad, que no es resultadista ni cómoda en ocasiones, también sirve para reivindicaciones colectivas, debe alojarse en una etapa primaria del cerebro, que seguro se ha estudiado, asi que, insisto, cuando salga seré feliz de leer las conclusiones.
Por lo demás eran siete años siete, la edad de emancipación y de casorio hace no tanto y ahora, en el mundo islámico.

Anónimo dijo...

Bueno, ya antes que el señor Zeiki, pudimos ver "La tentación vive arriba", creo que traducción muy libre del título original "The seven years itch", o "La comezón de los 7 años". Es un sujeto que lleva 7 años casado y está como algo harto... pero claro, no cualquiera tiene a Marilyn Monroe de vecina, sino a una señora con rodillo de amasar que tiene como ídolo sexual, no a George Clooney ni siquiera al nescafé, sino al repartidor del butano, y bajo las condiciones de la película, a cualquiera le puede sobrevenir un ataque de priapismo agudo reverberante, pero ese es un caso ficticio y único.
Hay, creo, algo de verdad en el asunto no obstante, y lo puedo decir porque mis padres, que me llevaban mucha edad (40-50 años de diferencia) sospecho debieron haberse separado enseguida y así, no me divertí mucho de niño, y eso, puedo asegurar que condiciona toda una vida, ahora que ya tengo casi 60 años. Para el que quiera saber algo más de esto, hay un libro reciente de memorias de Esther Tusquets: "Habíamos ganado la guerra", donde se refleja un poco lo que quiero decir y cómo eran las cosas entonces.
Ahora bien, no todo el mundo tiene tan mala pata en el matrimonio y por otro lado, el sr Zeidi, seguramente conoce la biología que se ha descubierto hasta hoy, pero no toda. Nadie conoce toda la ciencia. Solo cabe decir que los conocimientos científicos, como la sociedad, cambian, y entonces solo cabe aplicar el sentido común, si es que lo tenemos, y habrá gente para la que valga el matrimonio para toda la vida y la habrá que lo mejor sea que se case 20 veces, aunque no creo sea lo más usual.
En resumidas cuentas, que no vale en esto hacer tabla rasa como si fuera la mili.

Un saludo, Carlos

Anónimo dijo...

Sospecho que ese señor regenta un establecimiento dedicado a los banquetes.
¡Cada tres años, dice!
¡Qué horror!
Por si no tuviéramos bastante con bodas de plata, de oro y de no sé cuantas cosas más.
¿Qué haríamos entonces con el adulterio?
¿No comprenden que estaríamos vaciando de sentido esa noble institución?

my blue eye dijo...

Qué manía con regularlo todo.

Anónimo dijo...

Para la convivencia de la pareja hay que estar de acuerdo en separar el cariño del deseo sexual.

Siempre recuerdo aquella frase de
Eleanor Roosevelt a una pregunta sobre si alguna vez tuvo intención de separarse de su marido: "De separarme nunca, de matarlo varias veces".
Inteligente y sagaz mujer

Anónimo dijo...

Lo malo de la última parte, con la que estoy de acuerdo, es que se puede concluir entonces que las familias desestructuradas acabarán con la hegemonía occidental. Pudiera ser. En línea con los análisis que hacen los de Freaknomics, no se ha hablado que la decandencia de la educación en España pudiera estar relacionada con el aumento de los divorcios, seguro que un niño que pasa por ese trago --no conozco a ninguno que lo haya llevado bien-- rinde menos escolarmente. Seguro que unos se han librado de un infierno de convivencia. Pero otros son víctimas de la frivolidad de sus padres.

Anónimo dijo...

No sé por qué se está dando tanta importancia hoy en día a la relación efímera puramente pasional y a menudo desastrosa. El matrimonio y la familia es mucho más que esto y yo, personalmente, creo que vale la pena. Pero hoy en día, si defiendes la familia tradicional y disfrutas de las navidades te hacen sentir como un bicho raro. Ja s'ho faran y que les aproveche. Me voy al piano a tocar villancicos. Fum, fum, fum.

Anónimo dijo...

Desde mi condición de D. Juan monógamo, es decir, un pervertido de tomo y lomo, me hacen reír esos desvaríos sobre la durabilidad o la perecibilidad de las relaciones humanas, sean amistosas, sexuales, románticas o económicas.
Con 31 años de lozana relación initerrumpida, sin ninguna infidelidad de facto ni de iure, ¿por qué aún sigo hechizado como el primer día y en mi conciencia siempre tengo que hace escasos días que he comenzado a salir con mi novia eterna? Nunca llegas a conocer a alguien del todo. Ni siquiera después de 31 años. Sigo en el empeño.
Odio las bodas, los papeleos, la familia -tengo una Sociedad Limitada con dos hijos- y nunca le he dicho "te quiero" a mi pareja.