Siempre que afloran los prejuicios éticos o nacionales,
en tiempos de escasez, cuando se desafía la autoestima o vigor nacional,
cuando sufrimos por nuestro insignificante papel y significado cósmico
o cuando hierve el fanatismo a nuestro alrededor, los hábitos de pensamiento
familiares de épocas antiguas toman el control. La llama de la vela parpadea.
Tiembla su pequeña luz. Aumenta la oscuridad.
Los demonios empiezan a agitarse (Carl Sagan).

¿conformismo progresista?

viernes, 20 de abril de 2007

La prostitucion es un sistema de explotación de las necesidades de otro (el proxenetismo es un parasitismo muy exitoso de esta explotación) que no es erradicable puesto que tiene un componente innato. La prostitucion es una forma particular de explotación puesto que, en principio, es puntual y general. Pero existen otras formas de explotación no necesariamente relacionadas con el sexo, como el esclavismo (que tampoco está necesariamente relacionado con el racismo) que también son consustanciales con la naturaleza humana. El fuerte (o el que tiene algo que ofrecer que otro necesita) suele aprovecharse del débil. Aunque los límites son borrosos (en muchas culturas se comprende que una mujer favorezca aquel que le regala más cosas o que le ofrece mayor seguridad material en un futuro de pareja) no está bien vista la prostitución en ninguna parte. Motivos, hay varios, pero señalo sólo dos. Por un lado, la exclusión de la mujer del mercado del matrimonio y, en resumen, de la “normalidad” (el hombre, tradicional y atávicamente, da una gran importancia a la garantía de paternidad), y, por otro, el riesgo “laboral” de esta supuesta profesión: se ataca un cierto sentido del pudor que también es innato, se violentan determinadas fronteras entre la intimidad de las personas (higiene, olores, defectos físicos), concurren el abuso, las enfermedades relacionadas y es una fuente potencial de agresión. Una de las señales que delatan que difícilmente pueda considerarse eso como una profesión “normal” es la reticencia de quienes la practican a considerar la suya como un medio de vida recomendable para sus propias hijas.

Como digo, la prostitucion no es erradicable, como no lo es la violencia oportunista, la tentación de apropiarse de algo ajeno cuando está descuidado o tantos otros innatismos reveladores de nuestro lado menos amable. Todos tenemos estas tendencias ventajistas dentro de nosotros. Pero desde hace siglos individuos excepcionales, las religiones y otros sistemas morales basados o no en la revelación han reflexionado sobre nuestra naturaleza y han creado normas o principios orientados a la consecución de sociedades más dignas y vivibles para todos. La cultura y la educación son grandes logros universales y tenemos un concepto de la dignidad bastante claro, aunque a veces se produzcan apagones. Un apagón bastante general en este momento es esta tendencia falsamente progresista de otorgar un reconocimiento profesional a una práctica indigna amparándose en el pretexto falaz de que es una “realidad” o de que "está en la calle".

22 comentarios:

El Anónimo Hablador dijo...

Querida amiga, dices que la prostitución "no es erradicable puesto que tiene un componente innato". Y yo me pregunto, ¿sólo un componente? A mí me parece que todos nacemos muy putos y muy putas, y que todos los días nos lo hacemos siquiera con media docena (de pensamiento).

Anónimo dijo...

Puntualización al anónimo hablador: una cosa es el puterío y otra la promiscuidad. Ser promiscuo/a no significa ser puto/a, y mucho menos si es de pensamiento.

Anónimo dijo...

Sin embargo es una realidad, es innata y está en la calle.

Unknown dijo...

Un comentario muy sensato, como suelen ser lo suyos.

Que esté despenalizada, como parece razonable, no quita para que suspendamos el juicio moral ante una actividad degradante para las personas, o pasemos a considerarla una profesión como otra cualquiera. Porque no lo es.

my blue eye dijo...

No veo dónde reside lo indigno de ofrecer derechos laborales que protejan a las prostitutas. Como, en efecto, no es erradicable, pienso que lo pragmático es que la actividad se desarrolle en condiciones de mayor seguridad.

Anónimo dijo...

Un apagón bastante general en este momento es esta tendencia falsamente progresista de otorgar un reconocimiento profesional a una práctica indigna amparándose en el pretexto falaz de que es una “realidad” o de que "está en la calle".

En lo de "falsamente progresista" plenamente de acuerdo, eso que ni qué, pero a propósito de realidades ¿si tú fueras ninfómana -dejémoslo en especialmente propensa a la actividad sexual- a qué profesión te dedicarías? Las propensiones a la actividad intelectual o a la atracción por el sexo opuesto nunca han sido indignas, como todo cristiano sabe.

Siempre un placer, madame.

Anónimo dijo...

Lo normal es ser asexual y monja, vamos, y tan dignamente.

(Pinker me apoya)

Anónimo dijo...

Por si las dudas: lo verdaderamente progresista es educar propensiones, en cristiano reconducir a ovejas descarriadas.

Anónimo dijo...

Y a ver por qué no es enfermedad tener los ojos violetas.

Anónimo dijo...

Limpiar váteres también es degradante, y mucho peor pagado. O trabajar en un matadero. O tantas otras cosas.

Y además la prostitución permite pasar un buen rato a persona que por su introversión o fealdad no pueden tener novia.

No veo que sesa especialmente más digno y noble que una tía borracha folle en el lavabo de una discoteca con un tipo al que acaba de conocer, pero eso sí, gratis. Porque al sexo ejercido por prostitutas tampoco vayamos a oponerle el sexo romántico con velitas y miradas a los ojos de amor intenso de recién casados, no jodamos.

Anónimo dijo...

Porque como decía Schopenhauer con la prostitución simplemente ocurre que hay una diferencia entre la oferta femenina y la demanda masculina que revaloriza el producto y eso permite jugar a las mujeres con ventaja y obtener a cambio amor, matrimonio, estabilidad económica...etc. Cuando alguna ofrece sexo rompiendo las normas de la monogamia está alterando ese equilibrio y entonces como decía el filósofo surge un "Sprit de corps" femenino frente a la traidora.

Aquí mismo se ve a Mujer-pez no atacando a las prostitutas, sino a "la prostitución", que es una simple elipsis para decir lo mismo pero mostrando a las putas como víctimas, igual que se persigue a los consumidores de drogas "por su propio bien", o se quemaba brujas para salvar su alma.

Anónimo dijo...

La prostitución es un buen negocio para quien lo practica, claro, que socialmente no está
muy bien visto.
¿A que te dedicas? Soy puta.
Jo, queda fatal. Lo mejor es, en la juventud, combinarlo con los estudios universitarios. Practicarla cuando eres joven, sacar un dinerillo fácil y que no supone una gran inversión de tiempo. Imagino que hay que tener una buenas tragaderas. Pero claro “Paris bien vale una misa”.
Evidentemente, hay que trasladarse a otra ciudad, mejor a otra provincia, podría resultar muy desagradable encontrar antiguos clientes cuando eres un flamante médico o una abogada de éxito.
Si la caprichosa naturaleza te ha creado hermosa, inteligente y pobre, ¿Por qué no sacarle el máximo partido? Es lo que dice anónimo, ley de la oferta-demanda.
Esto sería una práctica inteligente y libre de la prostitución.
A mi ya se me ha pasado el arroz hace mucho tiempo pero reconozco que en su momento, lo pensé y no me atreví.
Trabajar y estudiar resultaba bastante duro pero cuando eres joven tu fortaleza parece inagotable. Eso si, recuerdo que me iba durmiendo por todos lados. El trayecto en tren Bcn-Bellaterra nunca lo hice despierta.
¿Estoy contenta de no haber cedido al deseo de ganar dinero de forma facilota? Pues si. No sé como hubiera vivido el resto de mi vida recordando ese periodo del que en el fondo me hubiera sentido avergonzada.
Elena

Anónimo dijo...

Muy buena entrada, Mujer-Pez. Ahora hay partidos que las presentan como posibles candidatas. Parece ser que tienen igualdad de derechos y deberes. La izquierda virtual...Dios o Dawkins nos libren del populismo disfrazado de progresismo.

Anónimo dijo...

"Un apagón bastante general en este momento es esta tendencia falsamente progresista de otorgar un reconocimiento profesional a una práctica indigna amparándose en el pretexto falaz de que es una “realidad” o de que "está en la calle"."

Pues claro. Viva el despotismo ilustrado. Prohibamos la prostitución, saquesmola de las calles, de las mentes, de la naturaleza. Seamos verdaderamente progresistas. Menos humanos, más sobrehumanos. La sociedad debe ser mejor que sus integrantes individuales por separado. Tabula rasa, viva el hombre nuevo.

Unknown dijo...

Anónimo, ya sé que está muy de moda y todo eso, pero empezar una discusión utilizando una falacia no es muy productivo. Me refiero a tu forma de criticar la opinión de Mujer-Pez, atacando una postura que no es la suya -¿dónde ha hablado de prohibir la prostitución y esas cosas?-.

La cuestión es muy interesante. ¿De verdad alguien considera que la prostitución es una actividad tan digna como cualquier otra y que por tanto debe ser regulada como profesión? Y, si no es por una cuestión de dignidad sino que se trata de "hacer legal lo que es ley en la calle", ¿a qué esperamos para profesionalizar el "top manta", la venta al menudeo de pastillas de éxtasis o el hurto al descuido en mercados y mercadillos?

O dicho de otro modo: los partidarios de la "profesionalización" de la prostitución, ¿lo son por convicción o simplemente por consigna? ¿La apoyan con argumentos, o sólo porque es muy "progre"?

Anónimo dijo...

Por convicción, por convicción de que la libre prostitución es un empleo, facultad u oficio que alguien ejerce y por el que percibe una retribución y de que no es inferior a la calidad y mérito de nadie, por convicción de que el progresismo se equivoca rotundamente con su visión utópica de naturaleza humana con alfileres.

Dignidad, crímenes en tu nombre.

Anónimo dijo...

Elena; ha sido magnífico su post.Usted no cedió y esto fue un refuerzo personal importante. Ahora es mucho más posible que , médico o abogada, sea mucho menos fácil de comprar.
Y me callo, que entramos en una senda politicamente incorrectísima...
un abrazo muy cariñoso
M-P

Anónimo dijo...

Ahora es mucho más posible que , médico o abogada, sea mucho menos fácil de comprar.


Y, al final, a mayor gloria de Ana Botella, un cuello blanco es la marca de dignidad en venta.

Anónimo dijo...

Haberlas haylas: monjas y no tan monjas entre dodotis de ancianos de quitaypón -a veces incluso cobran, si quienes separan paja de prestación de servicios lo conceden- ajenas a la noción de sistema de explotación de las necesidades de otro. (!)

¿A qué proteger indignas -¿por el dinero?¿por el desamor?- que tan siquiera se tienen como tales?


Let it be.

Anónimo dijo...

Comercio carnal: no ven, hasta el lenguaje me apoya.

Sergio dijo...

Un apagón bastante general en este momento es esta tendencia falsamente progresista de otorgar un reconocimiento profesional a una práctica indigna amparándose en el pretexto falaz de que es una “realidad” o de que "está en la calle".

Reconocer como profesión no es lo mismo que "reconocimiento profesional".

Anónimo dijo...

gracias a Dios por intiresny