Siempre que afloran los prejuicios éticos o nacionales,
en tiempos de escasez, cuando se desafía la autoestima o vigor nacional,
cuando sufrimos por nuestro insignificante papel y significado cósmico
o cuando hierve el fanatismo a nuestro alrededor, los hábitos de pensamiento
familiares de épocas antiguas toman el control. La llama de la vela parpadea.
Tiembla su pequeña luz. Aumenta la oscuridad.
Los demonios empiezan a agitarse (Carl Sagan).

In-group/out-group

domingo, 16 de noviembre de 2008

Vivimos en un era de simplicidad. Te exigen que te definas para poder ser clasificado. Para saber de qué bando estás. André Glucksmann , en su libro “Una rabieta infantil” recuerda que el director de un gran semanario, antes de que saliera en un programa de televisión, le advirtió “No se olvide jamás de asegurar previamente que es usted de izquierda”. Se nos advierte de muchas maneras de la inconveniencia de “salirse de los senderos trazados y de los pensamientos codificados”. Cualquiera que difiera de la izquierda es considerado “de derechas” Esto, como dice Sowell, es una visión “Ptolemaica”: la izquierda en el centro del universo y todo quien difiera lanzado a los confines en un "batiburrillo vergonzoso".
La evidencia de los hechos y los argumentos lógicos son muy a menudo ignorados. André Gluksmann es muy claro “La filosofía no es de derechas ni de izquierdas. Todo el mundo puede, y debe, interrogarse a sí mismo” El mismo Feynmann decía que el conflicto no era entre socialismo y capitalismo, por ejemplo, sino “más bien entre supresión de ideas e ideas libres”. Para mi la dicotomía derecha/izquierda es, en gran medida y a día de hoy, una pulsión eminentemente tribal. La obligación de situarse en el marco derecha/izquierda o, en las comunidades con nacionalismo, entre nacionalista/no nacionalista es una de las maneras en que se expresa la necesidad de trazar fronteras entre “los nuestros” y “los otros”. Quizá, ahora, la más interesada en la perpetuación de este vicio sea la izquierda. Lo que Tomas Sowell llama los “ungidos” frente a los “simplones”:

“La visión de los ungidos no es simplemente la visión del mundo y de su funcionamiento en función de causas y efectos, sino una visión de ellos mismos y de su papel moral en el mundo. Es una visión de rectitud diferencial. No es una visión de la tragedia de la condición humana: los problemas existen porque otros no son tan listos ni tan moralmente superiores como los ungidos”.

12 comentarios:

Anónimo dijo...

"Talmente" de acuerdo, Mujer Pez. Ellos están en posesión de la verdad, y no se puede discutir ni siquiera cuestionar lo que (algunos de) ellos han decidido que tiene de ser. No puedes disentir de sus ideas sobre el aborto, el "matrimonio" gay, o el cambio climático: ya son verdades dogmáticas. Son cuatro gatos los que deciden qué hay que pensar y hacer, es decir, pensamiento único. Si discrepas en algo, ya eres el malo de la película. Muestra: lo del cordón sanitario que aplicaron al PP la pasada legislatura, es simplemente fascista: como no piensas como yo, te haré la vida imposible. Te mataré políticamente, y los muertos no se mueven. Habrá que ponerles un cero en Democracia. Porque en eso consiste: en que hayan voces diversas y se puedan escuchar, y que se respeten.

arcu

Anónimo dijo...

Hay un hecho que se puede constatar también; y es que junto a las personas que se sienten bien demarcadas en la izquierda o en la derecha, existen otras que sentimos esta clasificación como una grave limitación a la inteligencia y al desarrollo humano en general. Ortega, en este sentido, creo que era "uno de los nuestros". A veces somos denigrados como "centristas", y cosas peores.

¿Es posible que los neuroéticos y nuevos científicos morales, al averiguar paulatinamente las rutas neurales y las constricciones biológicas del comportamiento político, nos ayuden a resolver el dilema? No digo que se resuelva del todo, porque siempre que hablamos de estos temas hay una cosa llamada "historia" que lo complica todo, pero puede que la discusión encuentre otros cauces de resolución. Si hasta un un cierto punto las diferencias entre ser "conservador" y "progresista" radican en la naturaleza humana, en el cerebro, a lo mejor se puede reclamar una nueva política.

Brian dijo...

El problema, Mujer-pez (y Sowell); el problema "arcu"; el problema Eduardo (y alguno más que se añadirá) es que en el momento en que hablamos de: "la izquierda", para Mujer-pez; "los ungidos", para Sowell; "los que están en posesión de la verdad", para arcu o "las personas que se sienten bien demarcadas", para Eduardo, en ese momento ya estamos hablando de ellos. Y, consecuentemente, de nosotros.

Y por más circunloquios que le deis no os librareis de esa trampa dialéctica. Todo el mundo divide al mundo entre necios y virtuosos. Y, claro, no se va a poner uno mismo en el lado de los necios.

Anónimo dijo...

Hola:

Os recomiendo el vídeo de CASABLANCA DE LLOBREGAT, dedicado especialmente a los que apoyan el CAC (centro de multas por rotular en castellano y cerrar emisoras por criticar al tripartit) y en especialmente a los que están por todo lo contrario.

A raíz de las multas en el barrio de Sans y otros en Barcelona por el CAC ha surgido este vídeo, es una tragicomedia digna de verse. Por ejemplo, la tortilla española está prohibida en el menú de los restaurates por la Generalitat.

(Es buenísimo, incluso verlo dos veces porque tal vez a la primera se pase de largo algunos detalles.)

http://www.youtube.com/watch?v=mEQShmIO2vI

(unir en una línea si se corta el enlace)

Se ruega su difusión. Gracias por vuestra atención y a disfrutar de la creatividad del vídeo. CASABLANCA DE LLOBREGAT

Circe dijo...

Pero todo esto es predicable también de los grupos de derecha. Lo más difícil hoy en día es que se acepte tu individualidad: se puede ser progresista en unas cosas y conservador en otras, pero mucha gente parece que sufre si no puede adherirse gregariamente a un grupo definido. Porque ir contracorriente y por libre es más difícil. Yo he experimentado cómo hay gente que te atribuye unas determinadas ideas simplemente por la forma de vestir... o que asume, por esas misma u otra nimiedad, que no puedes relacionarte con otros grupos dispares.

Tineo dijo...

Bueno, tengo el dudoso honor de haber sido apartado de un AMPA por no ser de derechas y no ser admitido en otra por no ser de izquierdas.
Y eso, que en ambas se solicita de manera explícita personas a colaborar por el déficit de “compromiso”.

Esta semana Mariano Fernandez Enguita trae una reflexión cuando menos curiosa.

La reina es rousseauniana
Me asombra tanto asombro en torno a las opiniones de la reina. Si creemos en el poder de la educación, ¿que cabía esperar? ¿Imagina alguien que se puede nacer infanta, vivir con la realeza, estudiar en un internado suizo (digo), llegar a reina y ser de izquierdas? Las reinas y los taxistas tienen que ser de derechas, como los metalúrgicos y los maestros tienen que ser de izquierdas, aunque nada de ello tenga mucho mérito. Es verdad que le ha faltado prudencia. Si a lo de “que a eso [el matrimonio homosexual] no lo llamen matrimonio” hubiera añadido: “pero eso es sólo mi opinión y el parlamento es soberano”, o algo parecido, habría resultado intachable. De hecho, ya es casi intachable que haya esperado hasta ahora para decirlo.
"Se ha de enseñar religión en los colegios, al menos hasta cierta edad: los niños necesitan una explicación del origen del mundo y de la vida". ¡Para que luego digan que la sociedad no se preocupa de la educación! Esto, que sonará tan tremendo a tantos, es justo lo que pensaba Rousseau, quien reprochaba a los materialistas su ateísmo porque estaba convencido de que la religión era el único freno para los poderosos y educó a su imaginario Émile en la religión natural porque sólo una vez adulto debería poder elegir una confesión o ninguna y no lo quería amoral hasta entonces. Mi generación se educó así: moralizada por el miedo a ese omnipresente ojo, en medio de un triángulo, que lo mismo interrogaba a Caín o increpaba a Saulo que podía ver todo lo que hacíamos, incluso lo más oculto, para sólo después conquistar penosamente la autonomía individual, una moral laica.
Deberíamos admitir que la institución escolar no ha sabido poner otra cosa en su lugar. De poco sirve que te expliquen un par de horas a la semana cómo ser buen ciudadano si tu profesor no se preocupa a todas horas de enseñarte a ser buena persona. Y no digamos si tu Consejero se empeña en explicártelo en inglés, con el propósito manifiesto de que no entiendas nada.
http://enguita.blogspot.com/

Juan Poz dijo...

Ya lo dice Amaral: Estás conmigo o contra mí...
Y ya lo dijo el Cristo: No juzguéis...
Llevamos el cainismo en la sangre, por otro lado, como bien sabía y escribió el señor Unamuno y Jugo.
Con todo, no estoy seguro de que no sea algo muy humano, demasiado, esta inclinación a la bandería; e inhumano el situarse au dessus de la mêlée...

Quique dijo...

Decir lo que uno realmente piensa de las cosas es hoy muy dificil. No hay que olvidar que también queremos la aceptación del grupo. Desmarcarse tiene su precio. No puedes decir realmente lo que piensas y pretender que todos te amen.
Y están los lobbies.
De todas formas creo que estas imposturas de derechas e izquierdas tienen los días contados. Ser un personaje de izquierdas o de derechas "puro" (de esos que llaman facha a todo el que se mueva, por ejemplo) va a resultar cada vez más "friqui" e inconsistente.
Los que están saliendo del corner son los otros. Los que tienen algo interesante que decir. Los lectores y oyentes queremos más Glucksmann and company y menos prozac.
Un saludo.

Anónimo dijo...

A mí la pulsión tribal que me va, es la de "nosotros", o sea, los ilustrados y racionalistas, y los "otros", los oscurantistas y premodernos.

Anónimo dijo...

Lo verdaderamente dificil no me parece que sea creer ó no en lo sobrenatural,postar por socialismo ó capitalismo,derecha ó izquierda,ser creyente ó ateo, materialista ó idealista,darviviano ó creacionista, taurino ó antitaurino; no, lo que encuentro verdaderamente dificil es dilucidar entre ser sustentador activo ó pasivo de la partitocrácia creada para el régimen de la Transición española, o por el contrario asumir que aquí no hay libertad política ni democrácia en el Gobierno, necesarias para que las deliberaciones anteriores tengan suficiente sentido.Esto sí, esto sí que encuentro dificil.
Lajos

Anónimo dijo...

Pues lo tengo clarísimo anónimo. Me quedo con el "nosotros" , sin ninguna duda.
En esta vida hay que posicionarse amigo.

Anónimo dijo...

Me has abierto los ojos, amigo anónimo, gracias por ello.
Lajos