El tribalismo se nutre y se alienta con semi entendidos que cuando menos se escarba en ellos, más movilizadores resultan. Steven Pinker, en el libro con el que doy la lata profusamente en estos días, dice que, en 1970, el partido separatista de Quebec que acababa de ser elegido, estimuló lo que se perfilaba como un filón de emociones patrióticas. Y entre otras "trappings of Quebecois patriotism" reemplazó el anterior lema de las placas de matrícula "La Belle Province" por "Je me souviens". Nunca quedó claro qué era lo recordado, pero la gente lo interpretó como la nostalgia por la New France, conquistada por los británicos en la guerra de los Seven Years en 1763. Dice que toda esa súbita recuperación de la memoria hizo que algunos quebequenses anglófilos de SU generación se pusieran nerviosos e iniciaran un éxodo hacia Toronto. Y lo dice con estas palabras.
Actualización: quiero remarcar que Pinker es judío. La palabra que utiliza es "exodus".
1 comentario:
Yo me fui. No lo llamaría éxodo ni exilio, pero me fui. Y esas cosas sin duda tuvieron su parte de culpa. Que Felip Puig prefiera que le piten y abucheen en catalán a que le hablen en castellano es deleznable, es una vergüenza como gente así gobierna Cataluña desde hace años.
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