Entro en La Voz de Barcelona y veo, una encima de la otra, sendas declaraciones de dos separatistas, Arzallus y el periodista Sostres. Uno dice:
"Tanto a Arnaldo como a los demás que han sido detenidos los considero patriotas, y buenos patriotas además"
Y el otro.
"Alavedra y Prenafeta son dos patriotas, dos soldados."
Lo de la relación crimen/patria ya lo dejan claro. Pero el resto de las declaraciones de Sostres son de un meridianismo deslumbrante.
4 comentarios:
Sí, ya vi esas declaraciones el otro día por pura casualidad. No conocía esa publicación y, por su nombre, no pensé que pudiera albergar a tanto ultra-nacionalista (valga la redundancia). Acojonante que en una sociedad políticamente democrática e institucionalmente liberal, tantos periodistas, intelectuales y columnistas por metro cuadrado puedan decir tantas barbaridades paramilitares.
¡Qué extraña delectación halla, mujer-pez,en la visión de esas aberraciones! No quiero arriesgarme al psicoanálisis de baratillo, pero esa atracción tan intensa ha de tener un fundamento sobre el que, ya digo, me niego a especular. Bien está la denuncia, aunque sea de cosa archisabida; pero ese hozamiento constante...
¡Cuánto no daría yo por escuchar algunas propuestas de acción social que reivindicaran otra manera de estar en la política! Para sumarme, claro está.
Dicho en términos electorales, ¿presentará UPyD candidatura al Parlament? Hay una masa predispuesta al voto en blanco en la que se podría "pescar" un hermoso respaldo popular... ¡Ánimo!
Un paso al frente, ya que hablamos de "soldados"...
Los mundos de Sostres me recuerdan a los de aquellos cantautores clandestinos del franquismo tan presuntamente talentosos que nos estábamos perdiendo, y de los que nos llegaban sus excelencias con cuentagotas. Un día se murió el Carnicero del Ferrol y fue la mayor canallada que le pudo hacer a aquellos artistazos, que así, sin el halo de abnegados luchadores por la libertad, quedaron reducidos a tristes e insoportables plañideras a los que no se les podía sufrir más de dos canciones seguidas, y eso sólo en nombre de la nostalgia.
Pues a este Sostres le pasa un tanto de lo mismo. Si cae la independencia, que al paso que vamos acabará cayendo, a este muchacho le hacen la putada del siglo. Porque ni tiene obra ni se la espera. Es un pedante follonero que vive de ese corrimiento del escalafón que se produce en Cataluña a cuenta del nacionalismo, en el que autores como Juan Marsé no son nadie, y tipos como Sostres son la gran experanza blanca de las letras catalanas. Quitenle la tontuna de la "canya a Espanya" y a este no le sale un bolo ni en la tele local de su barrio.
Juan, ya sabe que cada uno tiene sus obsesiones...
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