Siempre que afloran los prejuicios éticos o nacionales,
en tiempos de escasez, cuando se desafía la autoestima o vigor nacional,
cuando sufrimos por nuestro insignificante papel y significado cósmico
o cuando hierve el fanatismo a nuestro alrededor, los hábitos de pensamiento
familiares de épocas antiguas toman el control. La llama de la vela parpadea.
Tiembla su pequeña luz. Aumenta la oscuridad.
Los demonios empiezan a agitarse (Carl Sagan).

la banalizacion del sexo

jueves, 18 de junio de 2009

En Tercera Cultura he colgado un post donde hablo de los adolescentes y las facilidades contraceptivas que se les ofrecen. Parece que, a juzgar por algunos comentarios, no se me entendió del todo bien. El problema de este tipo de políticas es que, como respondo ahí, facilitando métodos anticonceptivos a los adolescentes se les abre la puerta al mundo de los adultos, se acepta la “normalidad” de su actividad sexual, pero que ni son adultos ni es “normal” que practiquen algo que les puede dejar un “paquete” del que se tendrá que encargar otro. Por otro lado, cuando digo que banalizando el sexo se banaliza la pareja y pierden los hijos, no es el mío un arrebato pro familia por la gracia de Dios. Es que una familia monoparental suele ser una familia pobre y desventajosa.

13 comentarios:

Juan Poz dijo...

"Es que una familia monoparental suele ser una familia pobre y desventajosa." Teresa, no sé qué experiencia tienes de las familias monoparentales, pero yo tengo una muy buena y querida amiga que cae en esa clasificación y ninguno de los dos adjetivos le cuadra. Antes al contrario, me parece una familia maravillosa y, sobre todo, feliz -siempre dentro de lo que cabe, naturalmente-.
Por lo demás, la banalización de la sexualidad es un hecho social, al margen de los juicios que nos merezcan, es decir, algo que la sociedad acepta como "normal", sólo hay que echar un vistazo a las infumables series juveniles, como Física y Química, para darse cuenta de ello. Nuestros padres contemplaban horrorizados nuestra hambre sexual atrasada. Nosotros nos escandalizamos hoy ante esa banalización que disocia el sexo del amor y de la reproducción.
En cualquier caso, que la embarazada pueda decidir, incluso a los 16 años, legalmente, si quiere tener la criatura o no me parece una medida realista.

Iñigo Valverde dijo...

Una familia monoparental feliz, lo mismo que una tumba de 6000 años de antigüedad, cuando el "una" es adjetivo numeral y no artículo indeterminado, no es medida suficiente para un argumento.
La banalización que se observa en las series juveniles es un reflejo mediatizado de lo que es la sociedad. Cuando digo mediatizado, quiero decir impregnado de ideología, consciente o inconscientemente, y cuando digo ideología quiero decir ideología socialdemócrata, que es la que predomina hoy en los medios de comunicación, incluso en los desafectos al Régimen del PSOE.
Lo que de verdad configura esa banalización es esa ideología predominante, que ha conseguido a lo largo de 30 años unos resultados entre "Torrente" y Pisa. Y cuando digo "Torrente" y Pisa me refiero, entre otras cosas, a la superficialidad y unidimensionalidad del pensamiento dominante, a la bipolarización del debate político, a la banalización de las relaciones entre las personas. Podría ponerme a dilettar sobre el aborto, pero no le voy a llenar el Blog a Mujer-Pez: otro día será.
Estoy bastante de acuerdo con su post de 3ª Cultura

Mujer-Pez dijo...

amigo Juan: una familia concreta es una anécdota. Yo hablo de estadísticas, y esas señalan feamente a estas familias monoparentales. Una cosa es que Julia Otero, que está forrada, tiene seguramente un buen equilibrio emocional, una fmailia que la apoya etc... decida tener un niño ella sola. Yo también tengo una amiga, juez ella, que como no encuentra su pareja ideal, se ha inseminado y esperamos bebé para agosto. Pero ella es también un mal ejemplo. Quizá en los dos sentidos. En que no es representativa, y en que no la puede imitar cualquiera.

Fernando A. Ramírez Martínez dijo...

Estoy muy de acuerdo con el post de 3ª cultura, Teresa. Una cosa es que existan una serie de métodos para que las personas maduras no se vean en la tesitura de quedarse embarazadas —y pringar con el marrón en el caso del hombre— y otra muy distinta pensar que porque se les echen encima a los adolescentes hormonados, inmaduros e idiotas montañas de anticonceptivos les va a ir todo mucho mejor. Cuando lo que les vendría mucho mejor es pensar en otras cosas hasta que tengan las madurez suficiente como para entender lo que realmente supone el sexo y tomar las decisiones adecuadas.

Y familias monoparentales (imagino que nos restringimos a las que tienen hijos) puede que las haya geniales y no lo dudo, igual que tampoco tiene sentido que se castigue legalmente su existencia, faltaría más, pero ello no hace que la familia de verdad, normal, no sea la más deseable para el upbringing de los niños.

Anónimo dijo...

Yo creo que le damos demasiada importancia a la "banalización del sexo", cuando lo realmente letal (al menos a nivel social) es la indiferencia a la reproducción y la formación de familias.

En un mundo con anticonceptivos y aborto, el sexo es no es algo realmente dramático: da placer, y puede ser la base de una relación afectiva, pero ya no es realmente un peligro, ni algo para lo que se necesite una madurez exagerada.


Lo grave (y quiza no sea ortogonal a la banalizacion del sexo, pero es un fenómeno distinto) es que las familas no parecen ser muy capaces de transmitir a las generaciones siguientes la importancia y el interés de formar familias viables afectiva y reproductivamente.

El problema no son los adolescentes follando a diestra y siniestra (¿de verdad es asi?) sino los treintañeros viviendo como adolescentes.

En todo caso, muy valiente el post.

Kantor

"el Primo" dijo...

Si no es "normal" que los adolescentes tengan relaciones sexuales, ¿cómo se explica que el gobierno destine tantos recursos precisamente a prevenir las consecuencias no deseadas de las relaciones sexuales entre adolescentes?

Yo sospecho que la propietaria del blog ha escrito "normal" entre comillas, porque en realidad lo que quería decir es que los adolescentes que tienen relaciones sexuales no se ajustan a una norma moral a la cual ella cree que todos los adolescentes deberían estar sujetos, de forma que todos los adolescentes que no se ajustan a dicha norma moral se convierten en "anormales".

Por no hablar de la ironía que representa que una supuesta activista anti-nacionalista haga un alegato a favor de la familia. Si hay algo que fomente los instintos "tribales" es precisamente la familia. La "tribu" no es más que una extensión de la familia. Un verdadero anti-nacionalista debería ser primordialmente y por encima de todo anti-familia.

Juan Poz dijo...

"la familia de verdad, normal" Lo cierto es que yo leo una cosa así y me echo a temblar. "De verdad", "normal" son conceptos que inmpiden prácticamente el diálogo, porque son casi teocraticos. Ni existe "la familia de verdad" ni la "normalidad" es lo que a uno le parece que ha de ser. Pequeñita se nos queda la realidad entonces.
En cuanto a lo de "pensar en otras cosas hasta que tengan la madurez suficiente" es una contradicción total en los términos, puesto que a la madurez se accede no sólo pensando en esas cosas, que así no, sino experimentándolas. Reich acabó loco por su orgón, pero eso no invalida su defensa del orgasmo como experiencia básica de la persona y de la sexualidad como contestación a la compulsión castradora del sistema.
Parece que el miedo a la libertad tiene también un serio competidor en el miedo a la sexualidad. Con según qué educación y planteamientos vitales me atrevería a decir que es algo bien normal...

Tineo dijo...

Buenos dias:
Me permito la licencia de copiar una cita, que hay en uno de los post de Tercera Cultura.

Saludos.


“Los adolescentes que llevan a cabo los comportamientos antisociales más graves, suelen dar, en los test, una medida muy alta de autoestima” (cita de una obra de Damon, William, denominada Greater Expectations de The Free Press, Nueva York, 1995)

Miguel dijo...

Señor Primo, ¿todo eso lo piensa usted solito o le ha ayudado alguien?. ¡Que nivel!. Sacar a relucir su odio contra la autora del blog con esos argumentos tan malos... Me ha dado usted un poco de pena.

Antonio A. dijo...

Lo de "compulsión castradora del sistema" también está muy logrado, impresionante...
:-)

Mujer-Pez dijo...

Kantor: me alegro de verle por aquí. Comparto también sus razones.

Es curioso como hay temas que la gente salta automáticamente y atribuye aquien osa tocarlos algo así como miedo al sexo y ansias de reprimir al personal.

Hombre, por dios, que somos de la generación que vivió adolescencia y juventud en los 70. ya no va de eso. Se trata de reflexionar y ver si aquellas cosas que tenáimos por sacrosantas (y esas sí lo eran) se amntiene en pie. Y no por que nos fastidie que la gente folle como locos sino porque el uso del sexo tiene consecuencias sociales determinantes. cosas que antes no sabáimos y ahora sí sabemos.

Circe dijo...

Bueno, todo esto se veía venir, ¿no? O al menos, yo lo veía venir claramente... porque soy una carca, una rottenmeyer, etc, aunque yo siempre me he considerado feminista y clarividente. No sé qué demonios tenían pensado descubrir desde el rollete aperturista de los setenta... la sopa d'all?
La realidad es mucho más simple, al menos para mí: formar una familia estable es la base de una razonable felicidad, y para ello es esencial encontrar un marido civilizado. Pero no sé cómo voy a transmitir mi sapiencia ancestral a la próxima generación, porque con el panorama que hay y la mala educación sexual imperante, sólo van a encontrar orangutanes.

El Abuelo dijo...

Teresa, no puedo estar más de acuerdo contigo, Quizá no estoy seguro acerca de la afirmación sobre la familia monoparental (tampoco la descarto), pero el fondo de la entrada, además de ser acertado, se atreve a contradecir la corrección política de la progresía beata.

Es evidente que si a un adolescente, que tiene uso de razón, sí, pero no es una persona madura, le estás ofreciendo preservativos todo el santo día, especialmente desde las instituciones oficiales, va a percibir un mensaje parcial del conjunto de la cuestión, de lo que ello implica: sólo la dimensión del placer inmediato, que se le impone casi como algo obligatorio si no quiere parecer raro antes sus amigos de la misma edad. Y todos sabemos cuán gregarios son los adolescentes...