Siempre que afloran los prejuicios éticos o nacionales,
en tiempos de escasez, cuando se desafía la autoestima o vigor nacional,
cuando sufrimos por nuestro insignificante papel y significado cósmico
o cuando hierve el fanatismo a nuestro alrededor, los hábitos de pensamiento
familiares de épocas antiguas toman el control. La llama de la vela parpadea.
Tiembla su pequeña luz. Aumenta la oscuridad.
Los demonios empiezan a agitarse (Carl Sagan).

las lenguas son para el verano (para lamer helados)

domingo, 1 de junio de 2008

Hace unos días, una querida amiga, decididamente posicionada en el nacionalismo separatista (bonito pleonasmo), por algún motivo que no alcanzo a comprender -pues sabe perfectamente que, ahí, no coincidimos- me incluyó en un grupo de correo donde envió un mensaje pidiendo apoyo para defender una web que es una traducción calcada (perfecta e impecable, alaba ella) de la del Parlamento Europeo hecha por un joven de Lérida. Parece que el Parlamento Europeo ha denunciado el plagio y quiere cerrar esa versión catalana. Y mi amiga dice: la web del Parlamento Europeo está traducida a más de veinte lenguas europeas, muchas de las cuales con menos hablantes que el catalán. Lenguas como el letón, el estonio, el finlandés o el esloveno, así como el maltés –con sólo unos 300.000 hablantes- tienen estatus de lengua oficial en Europa. En cambio el catalán con 9.500.000 hablantes -(no sé yo si no serán muchos)- y siendo la décima lengua europea en importancia, no tiene ese reconocimiento.

Se me ocurrió que se podría iniciar un interesante debate con personas con las que no tengo ocasión de intercambiar puntos de vista. Así que envié este mensaje (bastante expeditivo y coloquial) de respuesta al grupo. Traduzco:

"Soy partidaria de que en el Parlamento Europeo se adopte el inglés como lingua franca y a tomar viento. No soy demasiado romántica y estoy más por lo práctico. Al final seria una locura, si no lo es ya, tanta lengua. Vamos hacia un idioma único planetario. Lo mismo que pasó con el latín en la cuenca mediterránea. Antes de llorar recordemos que eso nos pasa por hacer más el amor que la guerra. No creo en los derechos de las lenguas, sino en el de las personas.
Besitos"


Y nunca jamás me llegó una respuesta. Espero que a mi amiga no la hayan reñido por tener amistades tan poco recomendables. Y tan descorteses como para tirar petardos en una salita de estar donde en el chocolate de la merienda se mojan "melindros" milenaristas. Pero qué cansada estoy del debate de la lengua. Estoy leyendo el editorial “Bélgica, Rota Por El Afán Etnicista”. Una frase: “La radicalización de los actuales políticos de Bélgica, movidos por intereses nacionalistas cortoplacistas, hace presagiar un futuro muy complicado al país, cuando no su desintegración.” Y “El ejemplo belga debería servirnos de lección en España, donde se están cometiendo similares errores a los que han llevado a dicho país al borde del abismo.”

4 comentarios:

desgraciat dijo...

Ya respondo yo, y lo hago desde mi condicion de "nacionalista separatista" lo que me convierte en un hominido tribal y analfabeto.

Así que el Latín se convirtió en único idioma planetario... en la cuenca mediterránea? Tomo nota. Y es por eso que hoy en día no existen una docena de idiomas derivados del latín en la cuenca mediterránea, sinó un único idioma planetario, el latín. Entiendo.

Yo pregunto, el tema de este mensaje, ¿no será la evidencia de que ciertos ciudadanos europeos, por el hecho de no tener un estado propio, no son tratados con la misma deferencia que otros, que sí tienen un estado propio? Es como una intuición que tengo, que la idea del mensaje podría ir por ahí, pero no me haga mucho caso!

Juan Poz dijo...

Desgraciat -y es apelativo, claro, puesto que así se identifica-, ¿quién le ha dicho que usted no tiene, incluso como "nacionalista separatista" un estado propio? ¡Claro que lo tiene! Se llama España. Y es difícil entender ese estado sin la suma de todos los territorios del mismo y sin la suma de todas sus personas -hablen en la lengua que hablen (recogidas, o no, en la Constitución). Difícilmente encontraría usted hoy en día un estado unitario tan diverso como España y con tan altísimos niveles de autogobierno en sus diferentes regiones o nacionalidades o naciones o como la demagogia quiera buscar para atizar bajas pasiones.
En fin, que nos une bastante más de lo que usted quiere que nos separe. De hecho, sin ir más lejos, Esquerra Republicana apuntaló durante 4 años el único estado en el que pueden sobrevivir como nació. ¿Lección de realismo? Que cada cual lo vea como quiera.

Abate Marchena dijo...

Mientras haya seres humanos que deseen la libertad y luchen por ella, habrá diversas lenguas en el planeta tierra.

El mayor totalitarismo que se conoce es la monopolización del lenguaje. Si este es único, única será la visión de la vida social.

"Ponle nombre a las cosas y te apoderarás de ellas". Sabio aforismo.

Jacob Marcé dijo...

Querida Mujer-pez, si realmente estás cansada del debate de la lengua no te preocupes, tengo el remedio para tus males: es muy sencillo, simplemente no leas los editoriales del Mundo. Que si algún día alguien “lleva a dicho país (España) al borde del abismo” yo sé quien habrá contribuido decisivamente.

Pero en realidad, me parece que si que te gusta un poquito, no pasa nada, no tienes porqué disimular, a mí también me estimula el debate intelectual, y por eso enviaste esa respuesta, y por eso te apenó tanto que nadie te contestara, y por eso la haces pública en tu blog, para que alguien como yo, o como otros, no muy diferentes de ti, respondamos.

No negaré que hay algunos románticos que desean salvar lenguas como quien salva focas en el antártico, pero no te equivoques en tu diagnóstico. Yo tampoco creo en los derechos de las lenguas, pero sí en el de los ciudadanos. Y al igual que seguramente defiendes los derechos de los castellano-hablantes en Cataluña no tendrías porque ruborizarte al defender los derechos de los catalano-hablantes en Europa. Si no, no me quedara más remedio que mal pensar, y concluir que no eres tan diferente de a quien criticas, o sea, que estás tan llena de prejuicios como los que presupones a tu amiga nacionalista (a la que no conozco).

De todas formas estoy contento porque tu nivel de “antinacionalismo”, de momento, no es tan fuerte como para romper una amistad. Así podréis seguir enriqueciéndoos mutuamente.