Siempre que afloran los prejuicios éticos o nacionales, en tiempos de escasez,
cuando se desafía la autoestima o vigor nacional,
cuando sufrimos por nuestro insignificante papel
y significado cósmico o cuando hierve el fanatismo a nuestro alrededor,
los hábitos de pensamiento familiares de épocas antiguas toman el control. La llama de la vela parpadea. Tiembla su pequeña luz. Aumenta la oscuridad. Los demonios empiezan a agitarse (Carl Sagan).
Comentarios
jueves, 6 de junio de 2013
Amigos, hace unos días que esta cosa no me permite autorizar los comentarios. A los que los habéis enviado: no es que yo haya pasado, es que no me deja. En cuanto pueda, me pongo a revolver las tripas del asunto y establezco de nuevo la conexión.
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