Siempre que afloran los prejuicios éticos o nacionales,
en tiempos de escasez, cuando se desafía la autoestima o vigor nacional,
cuando sufrimos por nuestro insignificante papel y significado cósmico
o cuando hierve el fanatismo a nuestro alrededor, los hábitos de pensamiento
familiares de épocas antiguas toman el control. La llama de la vela parpadea.
Tiembla su pequeña luz. Aumenta la oscuridad.
Los demonios empiezan a agitarse (Carl Sagan).

el sexo bueno y el sexo malo

domingo, 26 de diciembre de 2010

....hay cosas que se resisten a cambiar, como es el caso de la violencia hoy llamada “de género”, antaño “doméstica” y no mucho más atrás “crimen pasional”. Que estos sucesos continúen llena de frustración a algunos ciudadanos y, especialmente, a unas ciudadanas que se lamentan de que los nuevos tiempos no hayan traído un cambio en la manera en que algunos hombres dirimen conflictos en el seno de la pareja

6 comentarios:

alexroa dijo...

... y algunas mujeres, no lo olvidemos.

Alejandro dijo...

Muy interesante el artículo.

Sobre el tema de los estereotipos o clichés masculinos y femeninos me permití hace tiempo plasmar mi opinión en mi blog. Sobre todo son interesantes los comentarios de mis lectores que, en su mayoría, son mucho más despiertos que yo.

Juan Poz dijo...

Trabajo entre adolescentes y de verdad que aún me sigo haciendo cruces del modo servil de rendirse ante "el macho" de tantas y tantas zagalas que hacen objetivo "esencial" de sus días el "se ha fijado en mí" de los botijos seménticos que se pasean orondos y jecales por los espacios públicos, dándoseles tres ardites de esos acicalados e hiperparlanchines "descansos del guerrero"...
Dicen que vivimos a velocidad de vértigo, pero los roles sociales se reproducen con un mimetismo entorpecedor que asusta...
El verdadero escándalo es el de que haya alguien que conciba la idea de que los poderes públicos puedan "arreglar" el problema o "acabar" con la "lacra".
¡Santa inocencia!
Otros suman en el saco que vamos a dominar el inglés con sus magníficos planes incentivadores (es decir, a base de céntimos de euro...) ¡Más inocencia, que es la guerra!

Anónimo dijo...

Estoy de acuerdo en que es anticonstitucional e injusto que se castigue de manera diferente el mismo hecho dependiendo del sexo del agresor, aunque para mí no es lo mismo que el más fuerte (que no tiene siempre por qué ser el hombre) agreda al más débil que al revés.

Pero apenas estoy de acuerdo en nada más que no sea obvio. Yo también puedo recomendar una lectura a los biologicistas: el libro "Man, Beast, and Zombie", de Kenan Malik: what science can and cannot tell us about human nature", escrito a contracorriente del flujo biologicista.

Lo cierto es que el estatus de la mujer y la violencia contra las mujeres varían radicalmente en función de la cultura y la clase social, así que no todo estará en el cableado.

Supongo que la mayoría de los políticos ignoran casi todo sobre la psicología evolucionista. Pero ¿realmente es algo tan malo? Díganme, ¿qué soluciones proponen los psicólogos evolucionistas para la violencia doméstica?

Tyrion

Tineo dijo...

Veo, a mi pesar, que las diferencias sociales al menos se mantienen (sino se agudizan) con toda esta barahunda de leyes.
Claro que, mirando desde la distancia, estas leyes se promulgan para favorecer al débil (o quizá al inferior?).
Aunque, en algunos sitios para parecer políticamente correcto, cuelan prebendas.
A Petra Delicado le ha caído el Nadal y eso que en su último libro termina casándose con un hombre de derechas de toda la vida; eso sí quitándoselo a una pijilla de derechas que “no tiene ninguna gracia”. Me lo llevo porque “Yo lo valgo”
La adolescencia en la que estoy inmerso en estos momentos via filial veo una desconexión brutal entres dos tipos de personas.
Del artículo de Teresa entresaco esta afirmación:
Según la doctora Cronin, solo uno por ciento de los hombres de elevado estatus sufrirá de paternidad “dudosa”. Los hombres que habitan en zonas deprimidas o están desempleados tienen un 30% de posibilidades de que los hijos que creen suyos no lo sean.
Y es que en mi entorno es así. Las chicas con fracaso escolar van por la vida “con las bragas en la mano” como manera de salir adelante, en una clara imitación de las múltiples Belenes Esteban que pueblan las TV. Mientras tanto las chicas con mayores expectativas sociales te dicen: No tengo tiempo para chicos.
No sé si esto se compadece bien por lo que experimenta Juan en el día a día pero a mi me pasa.
Con los chicos más de lo mismo.
Un saludo a todos.

Anónimo dijo...

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