La nueva ley de veguerias establece que algo llamado “Camp de Tarragona” sustituya a la antigua provincia y deja abierta la posibilidad de una capitalidad compartida entre Tarragona y Reus. Esto ha causado revuelo en Tarragona y ha dado alas a los reusenses que se consideran una potencia económica y social de mayor orden que la tarraconense y ven ahí su oportunidad. El día 30 por la mañana una amiga que es votante de Esquerra Republicana me pidió que la acompañase a una concentración que tendría lugar en las escaleras de la catedral de Tarragona. Mi primera reacción fue de sorpresa y prevención. En principio, cualquier iniciativa política que parta de una de Esquerra tiene grandes posibilidades de ser incompatible con quien paga cuota en Upyd. Además la idea de las veguerías me repele porque no es otra cosa que la enésima estratagema para empujar en la dirección de la independencia y de procurar la mamandurria para los poliquillos de casa nostra. Pero ella se apresuró a decirme que esa concentración era para defender nuestra capitalidad, que tampoco simpatizaba con las veguerías (ya me extraña), que no era una idea oportuna pero, que si no había más remedio (no lo habrá), por lo menos que no nos quitasen la preminencia jerárquica. Y que no era ninguna trampa.
Yo quiero defender mi capitalidad. Soy una tarraconense de reciente adopción (creo que mutua) y deseo lo mejor para mi ciudad. Por otro lado, me gusta encontrar puentes de unión entre ciudadanos, incluso esos políticamente tan raros como mi amiga. El caso es que, una vez en la concentración, rodeada por las gentes de bien de Tarragona, adornados con un pañuelo rojo reivindicativo, con las fuerzas vivas leyendo su discurso y una imagen de San Joan Puigcercós en un cartel sostenido con un palo me arrepentí completamente. Empecé a pensar que qué hacía yo allí. A mí me pide el cuerpo, como a todo el mundo, lo mejor para lo mío, sea mi ciudad o mi grupo tribal. Pero si soy universalista y racionalista no era muy consecuente que me uniera a quien exigía la continuación del status quo una vez más, como no, por motivos históricos y de que siempre ha sido así. De lo de Augusto hace ya un montón de años. Había ido por afecto personal y ciudadano, pero el precio era muy alto para mis pocos pero bastante sólidos principios. Así que al cabo de 5 minutos dije que tenía los garbanzos en el fuego y que me iba. ¡Que se coman las veguerías con patatas! El Dios bíblico arrasó Gomorra con una lluvia de fuego pero la idiocia independentista nos va a arrancar la capitalidad a los tarraconenses seamos nacionalistas o no. Les estará bien merecido a quienes se lo hayan buscado.
7 comentarios:
Sí, yo también me pregunto qué hacía usted allí. Pensé que usted era mujer-pez y ahora resulta que es usted una tarroconense, cualquier cosa que eso sea, con su almita tribal y todo.
Vaya, cómo empieza el año.
Sí, anónimo. Pero ya me he puesto el cilicio.
Lo de la capitalidad es un poco de a ver quién la tiene más grande. Aquí en mi pueblo somos segundones en jerarquía regional (de la Ribera Alta) total porque esos putos alcireños se piensan que por ser más y más ricos son mejores que nosotros. Ah, pero nuestras naranjas están más buenas.
Ignoraba su tendencia saraófila, o fregaófila, pero ya hay que tener valor mesocrático, ya... Usted no debe de ignorar que en la horda primitiva, apenas se escindió, lo primero que hicieron las partes fue pelearse por el territorio. Lo de las veguerías, que no se habrán inventado fumando un veguero, seguro, porque entonces les habría salido algo más gustoso, o menos torpe, va camino de ser ese rizo de rizos que dinamite la ficción absurda del tripartito, porque son precisamente los administrados quienes se oponen a las montilladas (versión acarismática de las maragalladas)tripactadas, porque esta chapuza se la traga el único que menos sale ganando con ella, el PSC, lo que demuestra que Iceta anda desorientado por los desiertos de Zaragoza.
¿Se presentará para liderar UPyD en Cataluña? Tiene mi voto por anticipado. Pero sobre todo evitemos que se nos cuele un "profesional" del politiqueo, que cumpla con la tópica travesía el desierto a la que se ha hecho acreedor...
La "izquierda unidimensional" tiene por norma sembrar el caos dirigista allá donde mete la zarpa. Si no se ponen de acuerdo en su propia administración territorial, cómo van a crear un Estado de nueva planta (fuera de la UE, desde luego).
Yo también le deseo un papel de primer plano en la UPyD de Cataluña, Mujer-Pez, no por usted, que se que no le gustan esos "oropeles", sino por los ciudadanos...
Me perdonará, pero yo creo que usted es masoca reincidente. Primero lo del libro infumable y ahora esto. Espero al menos que no se le quemasen los garbanzos.
quien dice garbanzos, dice alubias. O no dice nada. Vea usted a Montilla.
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