Siempre que afloran los prejuicios éticos o nacionales,
en tiempos de escasez, cuando se desafía la autoestima o vigor nacional,
cuando sufrimos por nuestro insignificante papel y significado cósmico
o cuando hierve el fanatismo a nuestro alrededor, los hábitos de pensamiento
familiares de épocas antiguas toman el control. La llama de la vela parpadea.
Tiembla su pequeña luz. Aumenta la oscuridad.
Los demonios empiezan a agitarse (Carl Sagan).

ni el domingo

lunes, 9 de noviembre de 2009

Ni el domingo voy a comprar El País. Antes lo compraba cada día. Últimamente sólo los domingos. Nostalgia y costumbres. Pero, como dice Arcadi, hay quien confunde la nostalgia con las témporas. Era mi caso. Sólo me faltaba ver, a estas alturas , sus páginas principales dedicadas a contarnos qué es de la vida de ese dictador bananero, Fidel Castro, que va para ser, por desgracia, el Francisco Ayala de la política. Por la longevidad, digo.

Esto lo habrá escrito Moratinos, pensé. Pero no: hay más gente sin estómago. Dos páginas completas que contrastan con un ladito de la cuarta donde , por aquello de demostrar que son plurales, se recuerda la agresión de Yoani Sánchez.

Santiago González da noticia de que el secretario general del PCE, Francisco Frutos, dijo en el Congreso de su partido que "los verdaderos piratas" son los EEUU por sumir a Somalia en la miseria. Y que todos los asistentes al Congreso, 550 delegados, le aplaudieron puestos en pie. Además tenemos a José Luis Centella, nuevo secretario general del PCE, diciendo también en El País del domingo que "Los comunistas no tenemos que pedir perdón". Un festival.

Hace muchos años que está pendiente que el comunismo reciba el mismo estatus moral que el que la historia ha otorgado al nazismo. Ante la pregunta "¿Qué es ser comunista hoy?" que se plantea en el mismo artículo ofrendado a Castro, Arcadi piensa que no se acierta a responder lo principal. Y lo dice : «Un delito.»

Pues va a ser eso.

5 comentarios:

El Abuelo dijo...

Exacto, ni el domingo merece la pena ya comprarse "El País".

Al reportaje sobre la vida "privada" de Castro en los últimos tiempos, hay que añadir la muy significativa y bochornosa enmienda a la totalidad que la Redacción del periódico en bloque planteó públicamente al editorial que la dirección publicó contra el caudillismo del Che Guevara.

Desgraciadamente (por aquello de las costumbres, que un día merecieron la pena porque todavía no lo eran), Teresa, yo he seguido en los últimos años la misma evolución con respecto al periódico antes socialdemócrata, ahora simplemente de PRISA. Desde hace años ya ni siquiera lo compraba el domingo.

Hasta la próxima

Joseph T. dijo...

Teresa no sé si has visto las ideas de la cachorrita comunista que vienen en la entevista que mencionas. Su desprecio por la libertad y la misma vida humana es aterrador. Y dicho con esa suficiencia moral marca de la casa. Aquí he puesto algunos comentarios acerca del PCE y la caída del muro.


Por cierto, una recomendación. Koba el Temible, de Martín Amis. Es magnífico. Y una buena parte del mismo se dedicaca a preguntarse por la infundada diferencia percepción entre el nazismo y el comunismo.

Un saludo de un seguidor.

Grunentahl dijo...

Los comunistas siempre han pensado que los demás somos unos cretinos con el cerebro lavado.
Sin embargo, la razón que Izquierda Unida suele alegar para explicar que tienen cada vez menos votos es la injusticia de la ley electoral.
¿No será que sólo hay 969.946 personas inteligentes en el censo electoral?
Los demás (el 97,24% del censo) somos unos cretinos de cerebro lavado...

El Abuelo dijo...

Y Polonia fue invadida por la Alemania Nazi, no por la Unión Soviética estalinista... Y así seguimos.

Juan Poz dijo...

¿Por qué la primera aparición pública del camarada Centella se me asocia ipso facto con la conferencia episcopal y con el célebre corto -para las personas de cierta edad...- "Pomporrutas imperiales"?
Me suena todo el discurso a escapulario, a infieles, a dogmas y a la reserva espiritual de occidente... Pocas luces hay en esa centella, camino, como todas, de iluminar un chispacín de nada antes de extinguirse..., políticamente. Lejos de mí cualquier interpretación Campsiana de la extinción...