Siempre que afloran los prejuicios éticos o nacionales,
en tiempos de escasez, cuando se desafía la autoestima o vigor nacional,
cuando sufrimos por nuestro insignificante papel y significado cósmico
o cuando hierve el fanatismo a nuestro alrededor, los hábitos de pensamiento
familiares de épocas antiguas toman el control. La llama de la vela parpadea.
Tiembla su pequeña luz. Aumenta la oscuridad.
Los demonios empiezan a agitarse (Carl Sagan).

una tercera cultura para el SXXI

lunes, 24 de noviembre de 2008

El viernes por la noche, en TV1, consideraron que tenía suficiente nivel informativo que apareciera un párroco de un pueblecito del norte con el don de encontrar agua paseando por ahí con una ramita de determinada madera. Un zahorí, vamos. No gran cosa para él, acostumbrado a transustanciar pan de trigo, pero demasiado para algunos que pagamos impuestos y esperamos que la superstición no irrumpa en nuestras vidas hasta en la hora de cenar.

Existe gran simpatía hacia todo lo que parezca “espiritual”. El otro día presentamos en Madrid la plataforma Tercera Cultura. Esta plataforma tiene como objetivo la convergencia entre personas tanto de formación humanística como científica para logar la difusión del pensamiento crítico y de aquello que llaman “socialización de la ciencia”. Hemos aparecido hasta en Edge. Pues bien, muchas de las preguntas del público se centraron en la cuestión religiosa. Yo creo que se habla más de religión ahora que hace unos años y de forma más reivindicativa. A quienes somos ateos, cuando nos manifestamos en estos términos, se nos señala con rapidez como si eso fuera una falta de delicadeza y una brusquedad. Como si, en una sociedad supuestamente neutra ideológicamente, fuéramos nosotros los que trajeran la polémica y el rayo. No se dan ni cuenta de lo que nos asombra que desde cualquier lugar, televisión, ámbito social, etc. alguien comente de otro con total desenfado “es una persona buenísima, muy creyente”. A mi marido, que hace unos días tuvo un trato comercial con un marroquí barbudo, le llamó la atención que le asegurase sus buenas intenciones de esta manera “yo soy una buena persona y no miento porque soy muy creyente”. En realidad, le pareció remarcable por el folklorismo algo inquietante del extranjero, pero la relación “ser bueno” con “ser creyente” persiste en nuestro entorno inconmovible a la realidad de las sociedades seculares en las que sus masas descreídas defienden leyes que hacen que haya más bondad ahí en todos los sentidos que en todas sociedades teocráticas juntas. Mi impresión es que existe un repunte. Estos días de felicitaciones y beneplácitos también nos llegan quejas de ciudadanos decepcionados. Por ejemplo, la de alguien que no le parece bien que nuestros objetivos vayan: "...enfocados desde una nueva conciencia social libre de elementos sobrenaturales y dogmáticos, una "tercera cultura" que favorece el diálogo de las ciencias y las humanidades". El caballero que nos escribe opina que tenemos “un claro prejuicio de raíz, muy a la moda laicista que algunos impulsan en la España actual, contra lo "sobrenatural" y que “el rechazo de lo "sobrenatural" por principios” le parece “un enorme error intelectual que convierte su proyecto en agua de borrajas nada más nacer”. Para él el diálogo de las ciencias y las humanidades que proponemos es " un genocidio de las "humanidades" o “una amputación de lo que algunos consideran "cánceres" en el ser humano” y que lo nuestro “es pura propaganda”.

La verdad es que es muy chocante. Como manifestó una vez Laplace, Dios es una hipótesis con la que no vamos a contar. Si pretendemos promover la razón y el librepensamiento no vamos a entrar en polémicas que impliquen la imposibilidad de falsación. La Tercera Cultura, esa cultura del SXXI, será secular o no será.

17 comentarios:

Daniel Vicente Carrillo dijo...

Para conciliar ciencias y letras no tenemos que transigir necesariamente con los dictados del materialismo. La integridad de sentido del universo que escinden los dualistas, a menudo por influjo cartesiano, puede recuperarse desde la metafísica (Spinoza, Leibniz) y ha venido siendo desde antaño un proyecto romántico. Lessing vio en la Ilustración la fase madura de una Providencia para la instrucción del género humano; Hölderlin hablaba de la "huida de los dioses"; Weber, discípulo de Dilthey, constató el "desencantamiento del mundo", y sin embargo quiso desentrañar "el espíritu del capitalismo".

Una observación precisa y empíricamente contrastable no es siempre signo de un análisis inteligente. Reducir lo vivo a lo inerte, el movimiento a sus estadios intermedios (Zenón de Elea), la percepción al automatismo, la moral al instinto, etc. son tentaciones fatalistas a las que sólo se sucumbe tras una prolongada decadencia de las humanidades.

Respecto a la cita Laplace, conviene contrastarla con la polémica Newton-Leibniz sobre la naturaleza del espacio, candente por aquel entonces. No es en absoluto una declaración veladamente atea, como se ha pretendido con cierta ligereza, sino una toma de posición en favor de la solución leibniziana.

Anónimo dijo...

Todo eso de la "tercera cultura" simplemente consiste en definir de un modo arbitrario lo que es "civilizado" y lo que no lo es. Entonces ya se puede atacar todo lo que queda fuera de la "civilización". En definitiva: otro pretexto para el uso arbitrario del poder -- exactamente lo opuesto de lo que de dicen defender.

Anónimo dijo...

"el rechazo de lo "sobrenatural" por principios" le parece "un enorme error intelectual que convierte su proyecto en agua de borrajas nada más nacer"

Es que, fuera de la Iglesia y de la Fundación John Templeton, ya se sabe, no hay salvación.

Pepe dijo...

No van a contar con la hipótesis de Dios ni de cualquier signo de inteligencia en las leyes que dirigen el Universo, eso es algo descartado de antemano, aunque los tuviesen delante de sus ojos no los verían, se lo impide su ideología. La imposibilidad de falsación de esa filosofía materialista previa que pretenden colar como ciencia o como única compatible con la ciencia, se hace evidente.
Saludos.

CURRA dijo...

Con la educación que recibí de niña, yo misma me sentía que cometía sacrilegio cada vez que pensaba que no me encajaban todas las creencias que tenía grabadas. Hace tiempo que, llegué a mi conclusión de que no existe un dios al que rendir cuentas, ¿por que le parece tan abominable esta idea a los que sí creen? ¿por que les doy lástima? Respeto las creencias de los demás, es más, les admiro por ser capaces de encontrar sentido a una religión, a revelaciones divinas, a juicios finales.... a una serie de creencias y rituales, que yo jamás he encontrado sentido ni beneficio para que mi vida, aquí y ahora, sea mejor en el más amplio sentido de la palabra.
Estoy encantada con la creación de esta "tercera cultura",espero que tengais un gran futuro.

Anónimo dijo...

Hay quien cree que algún sentido puede recuperarse desde la metafísica. También hay quien cree ver su destino en el horóscopo del domingo. Bueno, todos tenemos creencias. Son gratificantes y tienen la ventaja de situarte un punto por encima de los otros. Yo, por ejemplo, también tengo una: que a "Tercera Cultura" pronto le sobrará la "Tercera" y será, simplemente "Cultura".

Abate Marchena dijo...

Ayer visité el blog de "Tercera Cultura".

Me une a él mi ateísmo cerrado y concluso, que trabajo me ha costado conseguirlo.

En lo del ejercicio de la racionalidad para "ir por la vida" pués creo que es una hipocresía.

¿Como van a racionalizar la adulación por las corridas de toros?
Entre otras muchas contradiciones.
¡¡Apelando a la manipulación de los sentimientos !!

my blue eye dijo...

Tuve el placer de asistir a la presentación de Tercera Cultura, y hablo de placer porque lo disfruté bastante.

Como usted dice, es muy chocante, sobre todo si en algún momento nos llegamos a creer que esta (al menos) era una sociedad amparada en la separación de Iglesia y Estado, y que discriminaba, como dijo Locke, contra los bondadosos raptos del "entusiasmo". Yo, que soy atea desde hace muchos años, reconozco en la religión una parte de esa "educación sentimental" de la que habló Arcadi Espada y que a muchos nos afecta en alguna medida. Lo que es evidente es que la "tercera cultura", más allá de venir en tercer lugar o de ser culturalmente fructífera, tiene un objetivo claro y distinto: pensar críticamente acerca de todo lo que configura ese ámbito que denominamos "cultura" o que al menos influye en el espacio público democrático; incluso acerca de "lo sagrado", bajo el cual se disfraza siempre cualquier dogma.

Brian dijo...

Hay un par de frases en la declaración de principios de John Brockman -impulsor de la Tercera Cultura y de EDGE- que vale la pena destacar:

"No hay canon o lista oficial de ideas aceptables. La fuerza de la tercera cultura estriba precisamente en que admite desacuerdos acerca de las ideas que merecen tomarse en serio".

Conviene no perder de vista ese carácter abierto que Bruckman quiso imprimir a su idea.

Tineo dijo...

La verdad, me resulta curioso que la sociedad española tenga, ahora, un debate que ya se dio por finiquitado hace más de treinta años en otras latitudes (y además no hemos aprendido nada de ellos).
Magnífico artículo de Hermann en ABC (no es posible, ese diario es de “ultraderecha”, ya sé, ya sé…………….)
http://www.abc.es/20081126/opinion-firmas/gramsci-cielo-20081126.html

Otro sí: No encuentran enternecedora la foto, de hace dos días, de Fidel Castro con el Patriarca de Moscú?. (Quizá recibiendo la “plena indulgencia ortodoxa”?).

Anónimo dijo...

Del “El Mundo” hoy 26-11-08

Los Obama, los cristianos más solicitados.

WASHINGTON.- El presidente electo de EEUU, Barack Obama, y su familia, se instalarán en Washington en enero próximo pero aún no han escogido la iglesia a la que acudirán, lo que ha desatado las especulaciones y una feroz competencia entre los templos.
En su libro biográfico 'La audacia de la esperanza' (2006), Obama destaca las lecciones de vida que le ha ofrecido "la Iglesia negra": "que la fe no significa que no tengas dudas, o que renuncies a tu puesto en este mundo. Necesitas ir a la iglesia precisamente porque eres de este mundo".


Coda: Estos Yanquis siempre tan “fachas”

.

Anónimo dijo...

Tineo dijo...

Magnífico artículo de Hermann en ABC (no es posible, ese diario es de “ultraderecha”, ya sé, ya sé…………….)
http://www.abc.es/20081126/opinion-firmas/gramsci-cielo-20081126.html

Lo que a unos les parece magnífico a otros nos parece entre lo más vomitivo que el mediocre y apocalíptico gacetillero ha escrito, que es mucho. Iguales ejemplos podríamo ponerle los ateos, con la descreencia, tan supuesta como la “creencia” terminal de Gramsci, de la “madre” Teresa. ¿Es que va a aparecer dios, o a desaparacer, porque a cualquier pope con cáncer teminal le dé miedo y pida una estampita? ¿Es eso un argumento? La misma estupidez que nos contaban ufanos los curas sobre Voltaire.

Lo sobrenatural, al menos con los medios que tenemos a nuestro alcance hoy día, no es más que wishful thinking. Cuando alguno de estos escépticos del “materialismo” como el ínclito Pepe nos expliquen dónde está esa inteligencia superior y alguna prueba de ello con nivel superior al horóscopo, me haré sobrenaturalista. Hasta entonces, no. No pasarán, no pasamos con mitos infantiloides.

Circe dijo...

¿Pero encontró o no encontró agua el zahorí? That is the question.

Mujer-Pez dijo...

Circe querida: él decía que sí.
Un zahorí es aquel que cuando la varita le indica que hay agua y hay agua dice que su método funciona. Cuando no la hay (casi siempre) el tío se olvida.
Videntes, echadores de cartas... Es siemrpe lo mismo.
Como decía un amigo mío "si la telepatía fuera cierta ya estariámos pagando recibos a la Compañia Telepática Nacional." La vida es así de triste.

Anónimo dijo...

De acuerdo por completo con las líneas generales, quisiera añadir una idea que me parece fundamental y que desde estas posiciones frecuentemente se olvida, cuando no se desprecia.
La idea es que nuestra cultura, nuestra historia, está impregneda de los mitos judeocristianos. El arte, la política, la ciencia, etc., del mundo occidental los tiene como base y referencia permanente. Desde la creación del mundo a la crucifixión, pasando por el arca de Noé y la cabeza del bautista, han sido los temas del arte durante 2000 años. Quien quiera entender el arte necesita conocer estos mitos, que cumplenla misma función que los mitos de dioses y hñeroes en la antigua Grecia: lo que todo ciudadano culto debe conocer, independientemente de si cree en ello o no.
Una cosa es no creer en ellos y otra distinta es negarlos o incluso perseguirlos. Vivimos en una cultura que tiene este pasado que no podemos cambiar. Si se puede ampliar su espacio futuro
Por otra parte, felicidades por Cultura 3.0
Antuán

Anónimo dijo...

Querida amiga, la verdad es que en este mundo hay enemigos que merecen más atención que los religiosos y supersticiosos. No puedo dejar de acordarme de un amigo adolescente que le mostró su novela a su primo, el cual la leyó y empezó a interesarse por los personajes. No podía concebir que fueran inventados. Los mitos religiosos tienen algo parecido y son extremadamente útiles en la conformación de las sociedades humanas. Para poner dos citas que me parecen muy apropiadas: "La superstición es la poesía de la vida, y a un poeta no le hace daño ser supersticioso" (Goethe); "La religión es lo mejor y lo peor que ha inventado la humanidad" (Octavio Paz).

Hay ateos liberales y ateos socialistas, y por una parte debo decir que la opción política me parece más importante que el ateísmo. Pero por otra parece reproducirse el viejo enfrentamiento de católicos y protestantes (ya decía Ortega que liberalismo y democracia eran opuestos, que el primero era la herencia de la edad media germánica, mientras que la segunda lo era de la Antigüedad mediterránea). El catolicismo sobrevive a la fe, el gremio de profesionales del bien encuentra acomodo en las universidades y los más aptos se rodean de lujos que aprueban los feligreses. Por eso personajes como Gabilondo o Pepe Blanco son tan característicos curas (mientras que el próspero y productivo Vázquez Montalbán parecía un obispo).

Más interesante aún es esto: la historia de la civilización moderna tiene mucho que ver con los logros de los religiosos. Sin el libre examen de Lutero la alfabetización de la mayoría de la gente tal vez no habría llegado en ninguna parte, y sin el "derecho al bienestar" ("predestinación") de Calvino tal vez el capitalismo no se habría desarrollado. Aludiendo a Swedenborg Borges decía que los escandinavos lo habían inventado todo pero el resto de Europa no lo había sabido reconocer: puede que las visiones de ese iluminado sobre el cielo y el infierno tengan más futuro como creadoras de nuevos valores y nuevas realidades que las fáciles certezas del ateísmo.

Lo peligroso es pasar de ateos a perseguidores de la religión, o a agentes de una nueva pseudorreligión (como de hecho lo es todo el totalitarismo, empezando por el que promueve el vigoroso y popular caudillo venezolano). Es, creo, el temor que aflora en los escritos recientes de Tertsch. Muchísimos españoles e hispanoamericanos han superado la fe, cosa bastante fácil, pero no los hábitos de la inquisición ni los prejuicios de los castellanos viejos.

Perdón por la extensión.

Anónimo dijo...

buenos su espacio online es muy hermoso,esto es la tercera vez que hay visitado su blog, muy informativo!
hasta