Siempre que afloran los prejuicios éticos o nacionales,
en tiempos de escasez, cuando se desafía la autoestima o vigor nacional,
cuando sufrimos por nuestro insignificante papel y significado cósmico
o cuando hierve el fanatismo a nuestro alrededor, los hábitos de pensamiento
familiares de épocas antiguas toman el control. La llama de la vela parpadea.
Tiembla su pequeña luz. Aumenta la oscuridad.
Los demonios empiezan a agitarse (Carl Sagan).

Zapatero ¡ven a leerlo conmigo!

jueves, 15 de julio de 2010

Zapatero dice que "va a leerse" con Montilla aquellas partes de la sentencia sobre l´Estatut que no le parecen bien de cara a ver de qué manera puede salirse con la suya.

A mí me acaba de legar un requerimiento de Hacienda porque se ve que hay alguna cosa que no puse en mi declaración del 2008 y que me va a costar unos cientos de euros. Yo quiero que Zapatero se lea conmigo esa resolución que no me encaja en absoluto. Igual que la Cataluña de Montilla "no me siento cómoda". Quiero el mismo trato. No me cabe duda que, si pone voluntaz, encontraremos juntos aquel vericueto legal que me permita salirme con la mía. E invito al personal patrio en general a exigir el mismo trato

banderas y pancartas

jueves, 8 de julio de 2010

Una pantalla gegant per evitar incidents L'Ajuntament de Barcelona s'ho mira "des de la perspectiva de la seguretat




Sí, si; "de la seguretat". Si la manifestación se hiciera al día siguiente del partido ni estelades ni senyeres, Montilla sería capaz de ir con "la Roja". Así es la hipocresía de los políticos y así de grande es la de Montilla, un "must" en chaqueterismos.

la dignidad de mi pollero

Si a mí no me gusta el fútbol. Si me da igual el Mundial o lo que sea. Pero sólo ver la cara que ponían algunos de mis conciudadanos (circunspectos unos, ofendidos otros, incrédulos la mayoría) valía la pena salir a alegrarse un poco por el resultado de un partido que había hechosalir del armario a bastantes. Uno de los problemas que tenemos en Cataluña es que hemos futbolizado la política. Sólo hay que ver el caso extremo de Laporta. Lo más bajo que puede hacer un político es convertir la relación gobierno central/ periferia en una rivalidad futbolera ya que el fútbol es un juego de suma cero (si yo gano, tú pierdes. Si pierdes tú, gano yo) cosa que nunca debería ser la relación Cataluña (ponga Galicia, P. Vasco o hasta Andalucía)- España. Pero al final ha sido el mismo fútbol jugado como un juego de suma no cero entre españoles el que ha propiciado un refuerzo indiscutible de los lazos de afecto comunes y del principio tan menospreciado de proyecto común en el que el esfuerzo de todos acarrea el éxito de todos. ¡Qué no podríamos hacer si aplicásemos este sistema para salir de la crisis!

Por eso resulta tremendamente anacrónico y patético el manifiesto conjunto que 4 presidentes de la Generalitat y del Parlament , siguiendo la línea de presidentes tocados del bolet que hemos sufrido en mi tierra salvando a Tarradellas desde los inefables Companys y Macià, han lanzado llamando a rebato contra un Tribunal Constitucional al que debieron el cargo . "Ja ha quedat clar que el poble de Catalunya rebutja el tracte que ha rebut l’Estatut i, a través d’això, les nostres Institucions i la nostra voluntat popular. La nostra capacitat de decidir. I ha quedat clar que seguirem lluitant pel nostre reconeixement com a Nació, pel respecte i tracte no discriminatori de la nostra llengua i la nostra cultura, per un finançament just, per totes les nostres Institucions, per tot allò que és a la base de la nostra personalitat pròpia. I caldrà tornar-s’hi a posar l’endemà mateix de la manifestació. Amb l’energia que calgui i durant el temps que calgui" dicen las cacatúas morales que creen representar a este "poble català".

Al nivel de mi pollero (hombre encantador por otro lado) que nos dijo ayer que no vería el partido porque sólo lo ve cuando juega el Barça y no "equipos de fuera". Imagino que irá a esa manifestación por la "dignidad" de una Cataluña virtual que tanto hace por la "autoestima" de quien sólo encuentra consuelo en ser una víctima.