Siempre que afloran los prejuicios éticos o nacionales,
en tiempos de escasez, cuando se desafía la autoestima o vigor nacional,
cuando sufrimos por nuestro insignificante papel y significado cósmico
o cuando hierve el fanatismo a nuestro alrededor, los hábitos de pensamiento
familiares de épocas antiguas toman el control. La llama de la vela parpadea.
Tiembla su pequeña luz. Aumenta la oscuridad.
Los demonios empiezan a agitarse (Carl Sagan).

david foster wallace

lunes, 27 de octubre de 2008

Ahora que hablamos de eso de acabar con la vida, quiero comentar que sentí particularmente el suicidio de David Foster Wallace , autor de quien disfruté "Algo supuestamente diviertido que nunca volveré a hacer". Es el único libro que he leído de él pero fue directamente a la estantería de autores "especiales". Aunque leo poca novela, voy a seguir conociéndolo. Su sentido del humor era muy inteligente y agudo. Y resulta que era una persona depresiva...

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