Siempre que afloran los prejuicios éticos o nacionales,
en tiempos de escasez, cuando se desafía la autoestima o vigor nacional,
cuando sufrimos por nuestro insignificante papel y significado cósmico
o cuando hierve el fanatismo a nuestro alrededor, los hábitos de pensamiento
familiares de épocas antiguas toman el control. La llama de la vela parpadea.
Tiembla su pequeña luz. Aumenta la oscuridad.
Los demonios empiezan a agitarse (Carl Sagan).

Paco Sosa y sus 5 minutos

martes, 9 de septiembre de 2014





La manera de provocar un debate en Upyd no debería ser manifestarse directamente en los medios. Pero, a veces, cuando sabes que no te van a hacer caso (a mí también me ha pasado en mi vida personal últimamente), hay que armar un poco de jaleo planteando en público lo que en circunstancias normales se ha de llevar en privado. Y no cabe duda de que el tema de la deseada y, en principio, lógica convergencia entre Upyd y Ciutadans, que iba a eternizarse o a ser cada vez más difícil, ha salido a la palestra y se han dado pasos. Pasos impensables hasta hace pocos días.

Pero no han sido los únicos avances en Upyd. Hay gente magnífica a la que yo admiro sinceramente que, sin embargo, estaba perdiendo la necesaria perspectiva y mesura. Cierto que esta reunión del Consejo Político ha distado mucho de ser ejemplar.  Dedicar la mayor parte de la misma a cantarle las cuarenta a un señor que sólo va a tener 5 minutos para defenderse no se compadece en absoluto con el tipo de partido que yo sé que es Upyd ni el tipo de personas que yo sé que son la mayor parte de sus afiliados y simpatizantes. Y se han dado cuenta todos, unos y otros. Una cosa son los razonamientos y otra los estados de ánimo y las sensaciones inevitables con las que han salido los que allí estuvieron presentes. Hay un antes y un después. Estoy segura.

Tengo un libro al que siempre vuelvo porque me parece un manual para cualquiera que intervenga en una organización, sea política o de otro tipo. Se trata de "Irracionalidad: El enemigo interior", del psicólogo y escritor  británico Stuart Sutherland. Ahí  lanza sensatísimas advertencias a los líderes. Dice que, cuando forman un equipo para asesorarle : " ..es poco probable que se inclinen por personas con ideas muy distintas a las suyas o por quienes sean más inteligentes o tengan más argumentos. …el líder se suele rodear de acólitos para mantener su autoestima…los miembros desean agradarle, sobre todo si puede influir en sus carreras, lo cual es especialmente perjudicial, ya que, cuanto más miembros estén de acuerdo con el líder, más extremas se volverán sus actitudes y en consecuencia más extremos los argumentos de los restantes miembros. Se trata de un círculo vicioso característico". La Sra. Tatcher, por lo que nos cuenta el psicólogo, prescindió de todos los críticos. No así Ronald Reagan, que escribió en su autobiografía: "Cuando se ocupa un puesto superior, se corre el riesgo del aislamiento. Los demás te dicen lo que creen que quieres oír….no hay gente en tu círculo cercano que te diga: "Te equivocas""

Upyd es una magnífica idea con personas extraordinarias tanto en su cúpula como en su base. Pero no siempre tenemos la razón en todo.


Nota: varias personas que estuvieron en la asamblea me dicen que Paco Sosa tuvo más que 5 minutos para exponer su punto de vista. Si este dato no es correcto, queda aquí anotado. 

No hay comentarios: