Siempre que afloran los prejuicios éticos o nacionales,
en tiempos de escasez, cuando se desafía la autoestima o vigor nacional,
cuando sufrimos por nuestro insignificante papel y significado cósmico
o cuando hierve el fanatismo a nuestro alrededor, los hábitos de pensamiento
familiares de épocas antiguas toman el control. La llama de la vela parpadea.
Tiembla su pequeña luz. Aumenta la oscuridad.
Los demonios empiezan a agitarse (Carl Sagan).

El martes día 20 con Adolf Tobeña en Madrid

miércoles, 7 de mayo de 2014














El Catedrático de Psiquiatría de la UAB e investigador del Instituto de Neurociencias UAB, Adolf Tobeña, impartirá la conferencia “La comunión independentista: neuropsicología del gregarismo nacional” el próximo martes, 20 de mayo, a las 19,30 h, en el Teatro Alcázar Cofidís (La Galería) C/ Alcalá nº 20 en el marco de la campaña de las elecciones europeas de Upyd.

Adolf Tobeña explorará la biología del gregarismo político y el etnocentrismo como resortes de los nacionalismos identitarios. “Si en un principio la Unión Europea parecía un marco propicio para diluir los nacionalismos identitarios, constatamos ahora que reverdecen y se agravan sin que los ciclos económicos o los climas ideológicos que les acompañan conduzcan a disecciones analíticas convincentes. Cuando algunas demarcaciones grupales muestran tanta propensión para funcionar como aglutinantes de fracturas políticas hay que sospechar posibles raíces biológicas del fenómeno”.

El Dr. Tobeña discutirá datos aportados por la genética, la psicología social y la neuroimagen de los sesgos y afectos pro-grupales que permiten profundizar en la investigación de los sistemas neurales que nutren y fortalecen los nacionalismos identitarios: “Los hallazgos en estos ámbitos de investigación ayudan a explicar la dinamización del fervor y la conflictividad identitaria en ‘bolsas poblacionales singulares”. Partiendo de ahí, se acercará a la potente oleada secesionista en Cataluña: “un movimiento en torno al cual se ha producido un guirigay ensordecedor de voces y un curioso silencio de disciplinas que, quizás, tienen luces que aportar”.


Cabe esperar, de ese tipo de análisis, herramientas útiles para enfrentarnos a cuestiones candentes en plena contienda electoral europea: ¿Cómo construir una Europa de 500 millones de ciudadanos de distintos linajes, idiomas, tradiciones e identidades? ¿Hay vectores susceptibles de ser puestos al servicio de una supranacionalidad englobadora y atractiva? Comerciantes, artistas, filósofos, comediantes y jornaleros se movieron durante siglos por una Europa variopinta, como por su propia casa. Hay que dar con los vectores cruciales de una cultura europea como aglutinante cimentador.

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