Siempre que afloran los prejuicios éticos o nacionales,
en tiempos de escasez, cuando se desafía la autoestima o vigor nacional,
cuando sufrimos por nuestro insignificante papel y significado cósmico
o cuando hierve el fanatismo a nuestro alrededor, los hábitos de pensamiento
familiares de épocas antiguas toman el control. La llama de la vela parpadea.
Tiembla su pequeña luz. Aumenta la oscuridad.
Los demonios empiezan a agitarse (Carl Sagan).

el incesto y sus interpretaciones

miércoles, 15 de agosto de 2007

Yo tengo a Fernando Savater en un pedestal. Los ateos tenemos tanta necesidad como cualquiera de procurarnos un santoral propio, aunque sea de este mundo. Tengo casi todos sus libros y he leído con el interés y el afecto de siempre La Vida Eterna aunque no me parezca, precisamente, una de sus mejores obras. Y esta pequeña introducción viene a cuento porque, también como cualquier supporter al uso, me estremezco de placer cuando mis intelectuales favoritos coinciden con mis filias particulares y me siento mortalmente ultrajada cuando ocurre lo contrario. Pues bien: ha sucedido tal contrario y se me abren las carnes de desolación. ¿No voy y me encuentro con esta frase en un desdichado pié de página en la 185?: “En nuestros días hay bastantes personas piadosas que han sustituido las novenas y la lectura de los salmos por la veneración acrítica de la psicología evolutiva. Todos los comportamientos humanos relevantes pretenden explicarse por rocambolescas estrategias directamente llegadas del Paleolítico. Tras décadas denunciando las explicaciones teleológicas o finalistas de los teólogos, otros creyentes pretenden establecer ahora una especie de finalismo hacia atrás no menos arbitrario e improbable que el otro. Y eso cuando lo único medianamente claro hoy en teoría de la evolución es que no todo está en los genes…ni siquiera casi todo. Para comenzar a despertarse de estos nuevos sueños dogmáticos recomiendo la lectura del sabroso librito El legado de Darwin, de John Dupré, ed. Katz, Buenos Aires, 2006.”

Si no es para que me de un soponcio, díganlo ustedes. Me acusa directamente, a mí que tanto le amo. He dado un vistazo por ahí con la ayuda de Google y he recogido algo de información sobre el tal Dupré (el “tal” simplemente por mi desconocimiento del sujeto). John Dupré es un filósofo inglés que estudia la filosofía de la biología. La Wikipedia le sitúa dentro de una corriente que se llama “Imperialismo científico”, que vaya tela. Empezamos mal. Para Dupré, este imperialismo es "the tendency to push a good scientific idea far beyond the domain in which it was originally introduced, and often far beyond the domain in which it can provide much illumination." Otros que están adscritos a esta corriente dicen cosas como que “those who believe that the study of politics can and should be modelled on the natural sciences, a position defended most forcibly in the United States, and those who have dissented, viewing this ambition as methodologically unjustified and ethically undesirable." o que "the myth that science is the model of truth and rationality still grips the mind of much of our popular and scientific culture. Even though philosophers of science over the past few decades have gutted many of the claims of this scientific imperialism, many thinkers, knee-jerk agnostics, and even judges persist in the grip of this notion." Su libro, El Legado de Darwin, tiene estas características , y he encontrado algún que otro artículo más sobre él. En éste , muy favorable al autor, hay una pequeña síntesis de su libro en la que resaltan algunas de sus opiniones. Por ejemplo: “El conocimiento de la evolución no puede decirnos casi nada respecto de la naturaleza humana con el nivel de especificidad que pretende la psicología evolutiva.” También que el autor propone una vuelta “al empirismo, a la observación, en vez de inferir, como lo hace la psicología evolutiva, la naturaleza humana de principios teóricos.”, propósito sorprendente que ignora cuánto trabajo de campo e investigación profunda existe alrededor de las implicaciones psicológicas, culturales y sociales del darvinismo. Parece que Dupré en este libro llega a afirmar que los evolucionistas dan al desarrollo “un estatus de “caja negra””. Para el autor se trata de “mitología genética” y acusa a la Psicología evolutiva de “la falacia de comparar las conductas humanas con la de los animales.” Porque John Dupré pone en duda que la evolución pueda iluminar la comprensión de la conducta humana. Por otra parte, si bien no está de acuerdo en que la especie humana se distinga de las otras por poseer un alma, tal como lo afirma la religión; tampoco cree como lo postula la psicología evolutiva, que nosotros seamos una especie animal como cualquier otra.“Es importante –dice- que no seamos injustos con aquello que nuestra propia especie tiene de extraordinario”, situando la principal distinción en la complejidad de los lenguajes humanos. Fantástico. En éste otro artículo, publicado en La Nación sostiene que "Los detalles de la mente humana son los parámetros de un rasgo único y exclusivo de una especie en particular".

Bien, seguro que es muy saludable leer a Dupré, y lo haré en cuánto pueda. Pero este desprecio por todo lo conseguido en las ciencias sociales, antropológicas y de la conducta gracias a la aportación del darvinismo (vamos, resumiendo: estudiar al hombre dentro de un linaje animal ancestral) resulta al final consecuente con otras afirmaciones de Savater en el mismo libro que sobresaltan poderosamente a una darvinista llena de voluntad como yo. En la página 176 de La Vida Eterna, Fernando Savater, escribe esta frase: “Por supuesto, todo lo que puede llamarse avance o progreso humano ha sido desde el comienzo una batalla contra la seducción poderosa del incesto.” ¿”Seducción poderosa del incesto”? ¿Y eso? A pesar de esa teoría de la psicología evolutiva como “caja negra”, esta disciplina está profusamente apoyada por mucho trabajo de campo e investigación. En contra de Dupré y a favor de la psicología evolutiva está la importantísima aportación que sobre el incesto desarrolló Edward Westermarck, todo un clásico. Según este científico, de “seducción poderosa”, nada de nada. Algún que otro pervertido, en todo caso. Como es sabido, el tabú del incesto es una de las más claras muestras de cómo un interdicto moral se explica de una manera muy eficaz desde un punto de vista darvinista. Desde la pura naturaleza humana. Para quien no tenga a mano obras tan magníficas como The moral animal, de Robert Wright y tantas otras, el autor de este blog nos ofrece un compendio excelente de todo lo que se sabe hasta hoy sobre el tema. Los estudios de Westermarck sobre el trabajo de Arthur Wolf respecto del fracaso de ciertos matrimonios entre niños criados juntos en la China tradicional o la experiencia israelí en los kibbutz son seminales en esta disciplina. Las conclusiones: que los matrimonios entre parientes cercanos producen criaturas con deficiencias psíquicas y físicas y que la selección natural ha favorecido una disposición emocional en los seres humanos en todas las culturas conocidas en contra de la atracción entre adultos que fueron criados juntos. Para muchos psicólogos evolutivos está claro que la moral no obedece ni a motivaciones utilitaristas, ni racionalistas (kantianas), ni contractuales al estilo de Rawls. Hay una amplia documentación que lleva a pensar que en el juicio moral existe una primacía de lo emocional, de lo instintivo. Se han hecho multitud de experimentos en grupos de personas sometidas a dilemas morales en los que interviene el incesto y no se puede apoyar nada como lo que afirma Savater de que el incesto sea “el tabú original” o el “sacrilegio primordial” si esto se interpreta desde un punto de vista freudiano o “bataillano”. Al contrario, a la gente corriente, a la mayoría de nosotros, le cuesta mucho encontrar justificaciones a los casos teóricos de situaciones incestuosas, lo que sugiere, en último extremo, que el razonamiento moral proviene de la intuición moral. Muchos otros datos confirman su origen biológico (¿cómo sino justificar que unos genes predispongan a una falta tal de discriminación sexual que aboque a una descendencia inviable?).



A la luz de todo esto, cuesta comprender que mi ídolo diga hoy en día que “el incesto pretende negar el indicio más inequívoco de la mortalidad, es decir, la reproducción sexuada, en la cual intervienen dos seres de género diferente…Cuánto más idénticos sean los progenitores…menos reproducción habrá: ¡y menos turbación de la pureza, menos resquicio para que penetre la muerte! Por eso el sacrilegio más moderno y tentador es la clonación, que constituye el incesto perfecto. La culminación de ser causa única e idéntica de nosotros mismos”.

Nada, nada. Creo que hay fuentes más modernas e interesantes que Eric Fromm, otro psicoanalítico al que recurre para explicar los conflictos de la familia. No hay respaldo en la comunidad científica a la idea de Freud del incesto como connatural al hombre y a su tabú como construcción social. Todo lo contrario. Mejor alguien como Westermarck que, aunque de la misma época que Fromm, se adelantó a todos sugiriendo que la moral es un resultado de las naturales emociones humanas y que el tabú del incesto es la expresión cultural de una disposición humana formada durante la historia evolutiva. ¡Claro que hay tabú! Pero actúa en contra de las personas que por alguna anomalía en su cableado básico o por indigestión doctrinaria atentan contra uno de los conocimientos innatos más arraigado en todos los seres humanos.

10 comentarios:

Anónimo dijo...

Para acción contra natura la de este Sr.Babucha de la Laguna y el retrato que ha hecho de si mismo para su carnet de partido.

Fecha: Sun, 5 Aug 2007 22:04:51
De: BabuchadelaLaguna@*****.es

Asunto: Mide bien tus palabras

Para: Vxxxxxxxxx@******.es
Mxxxxxxx, no te admito ese lenguaje, al que por otra parte nos tienes acostumbrados. Si nos vuelves a llamar gentuza, y me siento aludido a título personal, ya que yo formaba parte de la candidatura, te voy a demandar por calumnias en un foro público, ya ves que aunque ya no este ya en el partido, todavía estoy informado de lo que allí pasa.
Deberías medir mejor lo que escribes, ya que eso queda ahí y no se lo lleva el viento, y lo digo en aras a que a lo mejor o a lo peor, quien sabe, nos volvemos a ver en el futuro, en un nuevo intento de echar abajo el régimen nacionalista, y como nunca se sabe, siempre va bien guardar las formas, quedas advertida de las consecuencias que podría tener otra alusión despectiva o insultante hacia mi persona individual o formando parte de la candidatura. Añado que por lo visto, te falla la memoria en cuanto a lo que has visto durante todo este tiemp estando en la banda de Axxxxx, porque si lo que te gusta es insultar, creo recordando detalles que has vivido y conocido, encontrarás mucha gente en el partido, en el actual consejo general y sobre todo en la actual directiva con méritos muy superiores a los míos o a los de la candidatura Rxxxxxxxxxxx Dxxxxxxxxxxx para recibir tus insultos.
Babucha de la laguna
Ex-Comité .....
Ex-Consejero .....
Ex-Candidato por...
Ex-militante
Inscrito en plataforma PRO
Futuro miembro del nuevo partido que se creará este otoño y en el que puede ser que volvamos a ser compañeros y por el bien de la convivencia en el mismo, algunos tendreis que tener la boca más calladita

Anónimo dijo...

Hay biólogos por ahí que postulan que una exogamia excesiva es tan mala como la endogamia. Hay un ejemplo con las cabras de los montes Tatra...Y las codornices estudiadas por W. Bateson preferían aparearse con individuos ni muy cercanos ni muy lejanos (genéticamente)...

En cuanto a Savater, como dijo mi deidad particular, B. Dylan, don't follow leadres, watch the parkin' meters. Pues eso.

Anónimo dijo...

El nacimiento de lo MORAL es producto de la lucha de los débiles por su supervivencia.

Aportación de Nietzsche a la antropología.



Abate Marchena.

Anónimo dijo...

No entiendo la referencia a Dylan.
Por lo demás estoy de acuerdo con Mujer-pez

Anónimo dijo...

La argumentación de hoy es muy interesante, y los enlaces también.
Me permito una sugerencia (no lo tomes como crítica): creo que no vale la pena el esfuerzo de contraargumentar, hoy día, concepciones sobre lo humano basadas en anteriores escuelas de pensamiento fruto de la especulación introspectiva exclusivamente.
Los nuevos enfoques, como la psicología evolutiva, tienen su ámbito de discusión DENTRO del método científico: proponen hipótesis, hacen predicciones, y diseñan experimentos que las confirmarán o falsarán. Por tanto, discusiones retóricas contra concepciones por ejemplo freudianas, no sólo me parecen estériles sino a veces contraproducentes.
Gracias por tu labor divulgadora.

Mujer-Pez dijo...

Sí, supongo que tienes razón, Karl :-)

M-P

Anónimo dijo...

Plus:
http://bilbaopundit.blogsome.com/2007/02/26/el-enigma-del-incesto/

Anónimo dijo...

¿Qué hay de la "seducción poderosa de la homosexualidad"?

Anónimo dijo...

La verdad es que me he comido el tarro durante unos días con esta entrada.
El incesto abarca varias posibilidades, madre-hijo, padre-hija, hermanos.
En los dos milenios antes de cristo la única civilización con una cierta relevancia en la influencia occidental (los egipcios), impusieron el incesto como parte de su continuidad dinástica.
Apuntaría la prohibición del incesto desde tiempos inmemoriales más a un factor utilitarista-monetarista.
De la misma forma que se intercambiaban entre las tribus las mujeres, estas deberían ir “libres de cargas”, las mujeres que se intercambiaban lo eran en plena posesión de sus facultades para desarrollarse como madres.
No creo de ninguna forma que fueran capaces de sistematizar las degeneraciones de los hijos y ser capaces de atribuirlas a copulas entre “iguales”.
En estos momentos de actualidad del maltrato tratado como delincuencia, seria interesante tratar de estudiar el perfil del maltratador fuera de lo políticamente correcto.
Por lo demás la frase de Savater me parece un punto más a tratar.

Anónimo dijo...

Karl pelín elitista no?
Pero supongo que a los "froidianos" se la sopla.
Pero bueno ta bien ellos mismos son asín.