Siempre que afloran los prejuicios éticos o nacionales,
en tiempos de escasez, cuando se desafía la autoestima o vigor nacional,
cuando sufrimos por nuestro insignificante papel y significado cósmico
o cuando hierve el fanatismo a nuestro alrededor, los hábitos de pensamiento
familiares de épocas antiguas toman el control. La llama de la vela parpadea.
Tiembla su pequeña luz. Aumenta la oscuridad.
Los demonios empiezan a agitarse (Carl Sagan).

religion y humanismo

miércoles, 20 de junio de 2007

Sigo con gran interés las nuevas propuestas de Sarkozy para el equipo que gobernará Francia. Me parece que el fichaje de gente procedente de otras corrientes políticas es muy inteligente. Más aún me lo parecen las incorporaciones de mujeres provenientes del ámbito de la cultura musulmana, como Rachida Dati. Pero me ha decepcionado la inclusión de ese tópico excesivo que aparenta ser la incorporación de “una secretaria de Estado de raza negra y confesión musulmana, para defender los derechos humanos”. No me parece ni una imagen de modernidad ni de esa cierta incorrección política de la que ha venido haciendo gala Sarkozy confiar en que una mujer de la que se señala su adscripción a una confesión determinada (cualquiera) sea la que mejor defienda los derechos de las personas, objetivo que tiene un toque moral que debería haberse mantenido más laico.

*
Magnífico y muy agudo el comentario de AS publicado en el blog de Arcadi Espada:

[6] Publicado por AS | Junio 21, 2007 11:07 AM

AS:
CHICA ZURRA A CHICA

Ayer me enteré de que una lesbiana le ha puesto una denuncia a su pareja por malos tratos, y que la tramitación está teniendo problemas porque la ley de violencia de género no recoge ese supuesto. Se ve que el legislador partía del supuesto de que los homosexuales son buenas personas de por sí. Me recuerda a una amiga (bastante marujilla) que da por hecho que los gays son buenas personas porque "quieren mucho a sus madres".

Pero seamos constructivos. Propongo una leve modificación en la ley de violencia de género (con trasvases conceptuales de la ley de matrimonios): en vez de "hombre" y "mujer", hablemos de "zurrador A" y "zurrador B". O "zurrador A" y "zurrado B". O quizá, más sencillamente, este simple añadido:

--Cuando en una pareja de lesbiana, una le zurre a la otra, la zurradora será considerada automáticamente como "hombre".

6 comentarios:

Anónimo dijo...

Técnicamente esto es lo que se llama un prejuicio. Es decir, juzgar a una persona con anticipo a sus actos. Ya lo dicen que no hay nada absolutamente inservible, siempre puede servir de mal ejemplo.

Ferran Caballero dijo...

Se puede ser un poco laico o un muy laico cuando, en cambio, no diríamos eso de matarla un poquito?

Anónimo dijo...

Pues me parece más interesante el nombramiento de Fadela Amara.
Y en este caso si creo que su conocimiento de la religión es fundamental.
Estamos, aquí, todavía a unos años de llegar a estos extremos, pero se llegará y en España la tolerancia a estos abusos es mayor. Recuerdo que Cataluña tiene el mayor porcentaje de musulmanes en España.
Mi mayor admiración por Fadela y envidia del entendimiento con Nicolás que se presenta y actúa como hombre de derechas.


Fadela Amara

Fadela creó el movimiento Ni Putas Ni Sumisas, toda una provocación que responde a una frase habitual de los chavales de los barrios (“Todas putas menos mi madre”) y que puso a Francia ante su propia vergüenza: el infierno que padecen las mujeres de los suburbios, víctimas de segregación, matrimonios forzados, violaciones colectivas e incluso asesinatos de honor.

Pregunta. La opresión de las musulmanas en los suburbios franceses se reproduce en otros países europeos. ¿Es un problema de los barrios o del islam?

Respuesta. Hay que distinguir entre religión y tradiciones arcaicas. La interpretación de los textos religiosos siempre se ha hecho por y para los hombres. Yo soy musulmana creyente y considero el velo como un instrumento de opresión contra la mujer. La historia del velo está ligada no tanto al islam como a sociedades patriarcales. En esa tradición arcaica, la virginidad representa el honor de la familia y, en los suburbios de hoy, el honor de todo el barrio. Por eso hablamos de una regresión. Las mujeres de mi generación habíamos logrado un poco de libertad: podíamos elegir al compañero o estudiar la carrera en otra ciudad. Hoy una chica del suburbio ve cómo todos los muchachos, en nombre del honor, se convierten en guardianes de su virginidad

P. ¿Qué influencia ejercen los imanes en ese comportamiento?

R. Hay dos etapas. A finales de los ochenta emerge en los barrios el “islam de los sótanos”, grupúsculos islamistas bajo la batuta de imanes autoproclamados, que usan un discurso muy radical en relación con la mujer y apelan a la intervención de los muchachos Y ellos controlan a sus hermanas: no te vistas así, el maquillaje y los vaqueros se han terminado, de la falda corta mejor ni hablar…

Hoy, los islamistas tienen títulos universitarios e instrumentalizan el islam con un proyecto que no tiene nada que ver con nuestra república laica.

Anónimo dijo...

Sarkozy, ¡ooooh sublimeeee!, y sus "vacances pagades" por los ricos sin presión fiscal. Pero, ¿cómo gente inteligente puede creer aún en la redención intelectual y social mediante la política parlamentaria?

Con Pepe-Pez, prefiero la siesta lejos del mundanal ruido. Será que además de ácrata soy holgazán.

Anónimo dijo...

Respecto al desafortunado comentario sobre la ley de violencia de genero:

Es tan obvio que casi resulta ridículo tener que decirlo, pero los componentes de una pareja homosexual son todos del mismo género, por definición (homo=igual sexual=sexo), razón por la cual la ley de violencia de genéro no es aplicable en tales casos.

Unknown dijo...

La Ley contra la violencia 'de género' sólo se aplica en los casos en que el agresor sea varón y la víctima mujer que tenga con él una relación de afectividad. O que la haya tenido (así que ojo con meterse con las novias de la infancia, ¿eh?).

Pero no es por definición, "el primo", sino porque así lo dispone la Ley. Por definición el género es otra cosa. La distinción que hace la Ley en realidad se refiere al sexo, pero entre la moda de traducir del inglés "a ojo" y lo mal que quedaría confesar que se está discriminando por razón de sexo, nos hemos quedado con lo de "violencia de género".