Siempre que afloran los prejuicios éticos o nacionales,
en tiempos de escasez, cuando se desafía la autoestima o vigor nacional,
cuando sufrimos por nuestro insignificante papel y significado cósmico
o cuando hierve el fanatismo a nuestro alrededor, los hábitos de pensamiento
familiares de épocas antiguas toman el control. La llama de la vela parpadea.
Tiembla su pequeña luz. Aumenta la oscuridad.
Los demonios empiezan a agitarse (Carl Sagan).

nadadores que guardan la ropa

lunes, 16 de abril de 2007

No sé qué pensar de una persona como Juan Modolell. Tengo una entrevista de hace unos días y esperaba una ocasión para sacarla. Por un lado, siento agradecimiento al trabajo esforzado y dedicado de un científico. Por otro, las moscas del vinagre son mis moscas favoritas, porque una tiene favoritos hasta en esto y ellas tienen mucho que contar. Pero me desanima que quien alardea de cierto carácter diciendo esto “A veces dicen que soy un poco esnob, es posible, pero lo fácil no me satisface”, eche tantos balones fuera cuando le hablan del nacionalismo. Estas son un par de preguntas y sus respuestas. Perfectamente dignas de un personaje prisaico:

Con una familia tan catalana, pero viviendo fuera de Cataluña la mayor parte de su vida, ¿cómo ha visto la última bronca del Estatuto catalán?

Yo creo que muchas cosas se están sacando de quicio. Me parece que España es un país que está muy polarizado, porque tenemos la riqueza en el centro y en la periferia, pero la periferia conjunta es más que el centro, y mucha gente se pregunta por qué Madrid le dice lo que tiene que hacer. Entiendo esos sentimientos nacionalistas, pero a mí lo que me entusiasma es el sentimiento de Europa. Pienso que nuestro Viejo Continente tiene un papel importantísimo en lograr un mundo sostenible y debe de ejercer un papel que Estados Unidos no va a hacer nunca, porque sólo ve su continente. Nosotros, debido a nuestra historia, creo que entendemos un poco más lo que pasa en el resto del mundo, pero los países sueltos pintan muy poco, y las nacionalidades sueltas, todavía menos. Entiendo y comparto los sentimientos nacionalistas porque los humanos nos entendemos bien desde el punto de vista de la tribu, queremos pertenecer a una tribu, y en un momento en el que estamos tan globalizados, la gente se siente a veces muy defensiva de su pequeño hogar, es difícil sacudirse los sentimientos tribales.

Es decir, que le emocionan las sardanas y el pan con tomate.

No bailo sardanas y me encanta el pan con tomate, y no soy aficionado al fútbol, pero me gusta que gane el Barça... No me entusiasma la idea de los nacionalismos catalán o vasco, pero tampoco me entusiasma la idea de España. Tenemos una gran cultura e hicimos una labor fantástica, pero en los últimos 200 años nuestra historia ha sido una historia de calamidades y de ir hacia abajo. Somos un país muy agradable y estupendo para vivir, pero no somos la repanocha.


Veamos, resulta que “comprende” los sentimientos tribales; lanza unas gotitas de crítica descafeinada a los EEUU; se cuida de informar de que tampoco “le entusiasma” la idea de España (¿Qué idea? ¿Qué exista?); también comprende que mucha gente se pregunte “por qué Madrid le dice lo que tiene que hacer”; y dice algo tan incomprensible como que “en los últimos 200 años nuestra historia ha sido una historia de calamidades y de ir hacia abajo”. Una ensalada mental.
Realmente decepcionante. Una espera de un científico más orden intelectual. Pero este es uno de los tantísimos ejemplos que revelan la capacidad humana de aplicar este intelecto en algunas esferas y aparcarlo en otras. Hasta, por cierto, de aparcar la más íntima conciencia : ni una palabra sobre el terrosismo (en estos “200” años).

5 comentarios:

Pablo Baquero Sánchez dijo...

La inteligencia es algo factorial, y que en este país (de todos los demonios) nos apresuramos a presumir a la mínima que despunta alguien en algo. Es la única explicación que encuentro al "prestigio" que habitualmente se otorga, como líderes de opinión a todos los artistas (v.gr.: Joan Joel o Pepe Rubianes, por sólo citar dos ejemplos cumbre.)

Anónimo dijo...

Este hombre es una persona inteligente, lo que pasa es que prefiere no manifestar su inteligencia (ie. adhesión inquebrantable a la patria española) por miedo al imperio del terror nazionalista.

Unknown dijo...

Nada interesante lo que dice este hombre, y nada de qué sorprenderse a estas alturas.

Las palabras de nuestro científico, con tanta precaución y acomodación comme il faut, al final son un lío. No me aclaro con el "nosotros", supongo que es lo que quería.

En general, convendría que nos sacudiéramos el prejuicio de que científicos e intelectuales (si la palabra todavía significa algo) son mejores (más valientes, más ejemplare, más comprometidos, más juiciosos, etcétera) que los demás. Porque no lo son. Basta con frecuentarlos para darse cuenta de ello; hasta cabe encontrar algún imbécil en cuanto sale de su ámbito de especialización (y a veces también dentro). Eso sí, suelen ser algo más vanidosos por término medio.

Anónimo dijo...

Muy habituales los mensajes taimados sobre el nacionalismo en este país, y los encontramos en todos los estratos sociales: desde el obrero, hasta el político pasando por el científico.

Una cosa es la capacidad de análisi, o el saber hacer de las ciencias empíricas, y otra muy distinta la "capacidad o facultad de juzgar". Y más todavía si se pretende ilustradamente, es decir, y como dice Kant en "Qué es Ilustración", que el hombre sea capaz de guiarse por su propio entendimiento.

Anónimo dijo...

"mucha gente se pregunta por qué Madrid le dice lo que tiene que hacer..."
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¿Madrid? Madrid no habla, es un lugar.
¿Se refiere al Gobierno de Madrid?: No, ése es el de la C.A.M.

Se refiere, sin duda, al Gobierno de España que tiene sede en Madrid: el Gobierno que forma el Presidente de España, elegido por el Parlamento, el cual, a su vez, está elegido por todos los españoles, inlcuidos aquellos que vivien en la periferia.

Ese Gobierno, así, a vote pronto, está compuesto actualmente por el Presidente ZP, leonés de Valladolid; Rubalca, cántabro; Alonso, leonés de león; DelaVogue, valenciana; Solbes, alicantino;Trujillo, extremeña; Espinosa, galega; Caldera, salamantino. O sea, Madrid.



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